Todos Santos es una fiesta popular boliviana, para muchos cargada de costumbres y tradiciones, pero nos atrevemos a decir, aunque muchos no crean, en una fecha mágica, porque es cuando los difuntos vuelven a la Tierra para "reencontrarse" (simbólicamente) con sus seres queridos.
Para tal efecto, los dolientes se encargan con esmero de preparar una serie de manjares que son armados en la denominada tumba, donde se colocan los platillos que le gustó al difunto en vida. También se preparan bebidas, golosinas y se adornan con las tradicionales tantawawas, que según la tradición oral, son evocaciones en masas de las personas que dejaron este mundo.
Cada familia, tiene su estilo de armar las tumbas, que son adornadas de acuerdo a la creatividad e imaginación. Obviamente nunca faltan las flores y las velas, así como el agua.
Se dice que a las 12:00 horas del 1 de Noviembre llegan las almitas y permanecen 24 horas, para después abandonar satisfechas, tras haber compartido con sus seres queridos. Sus manjares son repartidos entre los vivos, que tienen que ser ajenas a la familia doliente, como una señal de buen augurio y que la muerte no rondará ese domicilio por buen tiempo.
Luego, como un homenaje póstumo, los dolientes visitan el cementerio para estar cerca del cuerpo sin vida de sus seres queridos, que se despidieron por distintas circunstancias este mundo y que volverán en el imaginario una vez al año, en la fiesta de Todos Santos.
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