La tradición y costumbre de la fiesta de Todos Los Santos que vivimos los potosinos este año se manifiesta más fuerte ante la creciente celebración del Hallowen por parte de sectores que desdeñan lo nuestro.
La fe religiosa se muestra más intensa con la instalación de las tumbas para recibir a las almas de nuestros difuntos que tradicionalmente visitan nuestros hogares, ante la presencia de ofertas que alcanzan más al gusto de los jóvenes.
Los parientes y amigos se reúnen hoy en torno a la fiesta religiosa que renueva la fe católica, se procede a rezar en conjunto y se comparte con vecinos y amigos los recuerdos de los seres queridos que partieron de este mundo.
Se colocará la fotografía y hasta la música y en presencia de los visitantes se elevarán oraciones con mensajes de tranquilidad para los parientes, todo delante del altar que lleva adornos, las velas, flores, comida y bebida que le gustaba al difunto.
Para cumplir el recuerdo, en grupo se visitará el cementerio para depositar flores en el nicho y cumplir el rito tradicional acostumbrado que pervive en las familias.
Sin embargo, la tradición potosina, que fácilmente puede convertirse en atractivo turístico, es amenaza por el innegable avance de la fiesta estadounidense del Halloween.
Ayer volvió a verse a niños y jóvenes disfrazados de monstruos del cine y la televisión en un intento de copiar una costumbre que no es la nuestra.
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