El papa Benedicto XVI, que cumplirá 85 años en abril, emprenderá el viernes una agotadora gira de casi una semana por México y Cuba, que pondrá a prueba su salud, por lo que le programaron pocas actividades y largas horas de descanso.
Se trata de "un viaje largo", explicó el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, al anunciar en noviembre pasado los países escogidos para su primera gira a la América hispana.
Las autoridades del Vaticano descartaron una etapa a Ciudad de México, debido a su altitud, de 2.240 metros, que podía afectar su salud.
"Le desaconsejaron varias ciudades por la altura, entre ellas la capital mexicana", contó Lombardi, al reconocer indirectamente los problemas de corazón del anciano Papa alemán.
Interrogado poco antes de su partida sobre las condiciones de salud del pontífice, Lombardi subrayó que el Papa "está bien".
"Tiene su edad, pero sabe cumplir su agenda fielmente", recalcó.
Durante su estadía en México, del 23 al 26 de marzo, el Papa cumplirá un programa liviano marcado por un largo descanso el día de su llegada a León, en el Estado de Guanajuato, en el centro del país.
Después de la ceremonia de bienvenida al aterrizar a las 16.30 hora local, el Papa no tiene alguna actividad, de manera de suavizar el cambio de horario, de unas siete horas con respecto a Roma, tras catorce horas de vuelo.
León, con 1.800 metros de altura, tiene la altitud adecuada para una persona con problemas cardíacos.
El Papa iniciará efectivamente su visita sólo el sábado 24, en las horas de la tarde, para un encuentro de cortesía al presidente Felipe Calderón y saludar a los cientos de niños en la plaza central.
"Le aconsejaron al Papa hospedarse en una ciudad de menos de 2.000 metros de altura", explicó Lombardi al justificar las razones por las que se descartó el santuario de la virgen de Guadalupe, ubicado en un cerro de Ciudad de México.
Benedicto XVI, que tenía una deuda pendiente con los latinoamericanos de habla hispana, ya que en siete años de pontificado no había aceptado visitarlos, temía realizar un viaje tan pesado.
En una entrevista a la prensa, el cardenal cubano Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, contó que si bien el Papa le había manifestado durante un encuentro su deseo de visitar la isla, le había enumerado las razones por las que temía efectuarlo, entre ellas la distancia y sobre todo los achaques de la edad.
El propio Joseph Ratzinger se refirió a sus problemas de salud en 2003, en el transcurso de una entrevista concedida a la revista católica italiana 30 Días.
Hablando del cónclave de 1978 que eligió como Papa al cardenal Albino Luciani, cuyo pontificado duró apenas un mes, declaró: "A mí me pareció que estaba bien, aunque, ciertamente, no tenía aspecto de gozar de una gran salud. Pero muchos parecen frágiles y luego viven 100 años. Aunque no soy médico, tuve la impresión de que era, como yo mismo, un hombre de salud escasamente fuerte. Esas personas son las que acaban gozando de una mayor expectativa de vida", aseguró.
Pese a todo, el programa incluye cuatro viajes en avión y dormir en tres lugares diferentes: León, Santiago de Cuba, el 26 de marzo y La Habana, el día sucesivo. Una dura prueba para todo anciano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario