El papa Benedicto XVI, quien inició este lunes una visita de 50 horas a Cuba, viajará este martes a La Habana para reunirse con el presidente Raúl Castro y posiblemente con su hermano, Fidel Castro.
Posteriormente, celebrará una misa multitudinaria en la Plaza de la Revolución, escenario de las grandes concentraciones castristas del último medio siglo.
No está prevista una entrevista con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien se encuentra en la capital cubana desde el sábado pasado para seguir un tratamiento de quimioterapia para el cáncer que le afecta, pero será bienvenido como asistente a la misa, según informó el portavoz del Vaticano.
Benedicto celebró en la noche del lunes una misa al aire libre en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, en Santiago de Cuba, a la que asistieron Raúl Castro y decenas de miles de personas entre ellos cubano-estadounidenses que llegaron en peregrinaje a la isla.
"Ante la mirada de la Virgen de la Caridad del Cobre, deseo hacer un llamado para que den nuevo vigor a su fe, para que vivan de Cristo y para Cristo, y con las armas de la paz, el perdón y la comprensión, luchen para construir una sociedad abierta y renovada", dijo el Pontífice en su homilía.
Benedicto XVI dijo también que lleva en su corazón "las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, dondequiera que se encuentren, sus sufrimientos y alegrías, sus preocupaciones y anhelos más nobles y de modo especial de los jóvenes y los ancianos, de los adolescentes y los niños, de los enfermos y los trabajadores, de los presos y sus familiares, así como de los pobres y necesitados".
Raúl Castro aprovechó la visita del Papa para insistir en las críticas al embargo estadounidense. "La potencia más poderosa que ha conocido la historia ha intentado despojarnos, infructuosamente, del derecho a la libertad, a la paz y a la justicia", dijo en su discurso de bienvenida.
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