El primer ministro polaco, el liberal de centroderecha Donald Tusk, rechazó hoy la existencia de "una cruzada" contra la Iglesia Católica, y apeló a la "justicia social" para defender su proyecto de liquidar el fondo estatal que financia las cotizaciones sociales de los religiosos.
"La eliminación del Fondo Eclesiástico no es un intento político para intimidar a la Iglesia. Tampoco se enmarca en una cruzada contra la Iglesia, sino que tan sólo queremos cumplir con los criterios de justicia social", explicó Tusk durante una rueda de prensa.
Anualmente el Estado polaco paga algo más de 21 millones de euros a este fondo, creado en 1950 por las autoridades comunistas como compensación principalmente a la Iglesia Católica por las propiedades confiscadas después de la Segunda Guerra Mundial.
Gracias a esta cantidad se financian las cotizaciones sociales y sanitarias de los religiosos de todas las confesiones presentes en el país, que tras la reforma prevista por el Ejecutivo deberán pasar a pagarlas por si mismos.
Entre los planes del Gobierno polaco, liderado por el partido liberal Plataforma Ciudadana, se encuentra el de incluir una casilla en la declaración de la renta para que los ciudadanos puedan destinar un 0,3 por ciento de sus impuestos a las confesiones religiosas.
Según las previsiones del Ejecutivo estas aportaciones permitirán compensar la liquidación del Fondo Eclesiástico.
El prelado de Polonia, el arzobispo Jozef Kowalczyk, criticaba hoy los planes gubernamentales y pedía que no utilice a la Iglesia Católica como cabeza de turco en la lucha para reducir el gasto público.
El Gobierno pretende que las pensiones y seguridad social del clero sean pagadas a partir de ahora de acuerdo a los estándares generales que se aplican a la generalidad de trabajadores.
"Vamos a tratar de limitar los privilegios de determinados colectivos profesionales, entre ellos los mineros y los religiosos", añadió Tusk.
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