El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció hoy que se impedirá la entrada en Francia de los predicadores que ataquen los valores esenciales del país y que se acelerarán los procedimientos para su expulsión.
"Los predicadores que atacan de forma permanente nuestro sistema de valores que se queden en su casa. No los queremos en el territorio de la República francesa", subrayó Sarkozy en un discurso en homenaje de las fuerzas del orden y de los magistrados que intervinieron en el caso de las matanzas de Toulouse y Montauban.
Insistió en que "los que han hecho declaraciones infames contra Francia o contra los valores de la República no estarán autorizados a entrar en nuestro territorio".
También anunció una "aceleración del procedimiento de expulsión"para esas personas, ya que ahora "los extremistas juegan con nuestro formalismo administrativo".
"Francia no tiene vocación de acoger a los que profanan sus valores fundamentales", sentenció.
Internet
El jefe del Estado también indicó que las fuerzas del orden y la justicia podrán utilizar los instrumentos excepcionales de la lucha antiterrorista en su acción contra los sitios de internet que hacen llamamientos a la ´yihad´ (guerra santa).
Recordó también otra iniciativa presentada la semana pasada sobre una reforma legislativa para imponer penas a todos los que consulten sitios de internet que hagan apología del terrorismo o la violencia.
Sarkozy indicó que ha pedido a los servicios secretos que supervisen "a cualquier persona que represente un riesgo para la seguridad nacional" y que el Ministerio de Justicia va a proceder a una reflexión sobre la propagación de ideas extremistas en las cárceles entre los internos.
Una alusión a las informaciones de que el autor de las matanzas de Toulouse y Montauban, Mohamed Merah, se pudo haber radicalizado en uno de sus pasos por la cárcel, cuando se tiene constancia de que se volcó en la religión.
El presidente francés se felicitó por la reacción de su país tras haber sido "objetivo de un verdadero ataque terrorista", ya que "Francia no ha pedido venganza, se ha mantenido unida (...) ha sido digna y fuerte" porque confiaba en sus fuerzas del orden.
"Francia no se ha arrodillado", subrayó en referencia a las palabras de Merah, que cuando estuvo cercado por la policía antes de ser abatido el jueves pasado dijo a los negociadores que su intención era poner al país de rodillas.
Sarkozy asumió "la totalidad de las responsabilidades por las decisiones en este caso" y justificó el asalto al piso donde se atrincheró el presunto terrorista.
"Al negarse a rendirse y al disparar con armas de guerra (contra los agentes) el asesino sabía lo que hacía", añadió.
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