miércoles, 17 de agosto de 2011

Un millón de fieles en el rito del Calvario

Miles de peregrinos de todas las edades llegaron desde tempranas horas de este martes al Santuario de la Virgen María de Urkupiña en Quillacollo para expresarle su devoción, agradecer por los bienes adquiridos y pedir nuevos favores.

La cantidad de asistentes a la festividad llegó al millón de personas, según la evaluación de la alcaldesa de Quillacollo, Carla Lorena Pinto.

Estudiantes, empresarios, empleados, amas de casa, niños y un extenso conglomerado de feligreses, tanto del interior como del exterior del país, arribaron hasta el cerro Cota durante toda la jornada de ayer.

CAMINATA A las 00:30 se inició la peregrinación desde la Plaza 14 de Septiembre hacia el Santuario de la Virgen María de Urkupiña en Quillacollo. En todo el trayecto, se entonaban cánticos y oraciones ofrendadas a la Virgen.

En la ruta a Quillacollo se registró un serio incidente en el local “El Monumental” donde se vendía bebidas alcohólicas a menores de 10 a 12 años de edad. La Policía cerró la puerta, pero los jóvenes en avalancha derribaron el portón.

Con la llegada de los feligreses a la Plaza 15 de Agosto, Monseñor Tito Solari celebró la solemne misa iluminada por las velas encendidas que portaban los peregrinos.

A las 9 se inició la romería al Calvario, encabezada por la imagen de la Virgen de Urkupiña. La gran cantidad de feligreses dificultó el avance de la procesión que llegó al Santuario de Cota poco antes de las 11:00.

Los comerciantes que se apostaron a ambos lados de la puerta y al centro del recorrido dificultaron la circulación, a pesar del control policial.

La misa central estuvo presidida por monseñor Luis Saínz.

Con lágrimas la mayoría de la gente rezó el Padre Nuestro y cantó junto a Enriqueta Ulloa, quien realzó la celebración con su melodiosa voz.

El día sumamente soleado no impidió que los fieles permanecieran más de una hora frente a la Patrona de la Integración, orando y aguardando su bendición.

TRADICIÓN En las calles de la parte posterior del cerro Cota se instalaron también comerciantes de objetos en miniatura. Los visitantes podían comprar desde maletas repletas de billetes y tarjetas de crédito hasta casas, edificios, coches, camiones y flotas, pero además, lotes forestados e incluso predios con herramientas de construcción y albañiles en miniatura. Este año “fue uno de los artículos más vendidos”, según Rita Fernández, una comerciante de cincuenta y cinco años de edad, que vende en el lugar hace más de veinte años.

Las peticiones a la Virgen con oraciones, entre lágrimas y ofrendas de velas, se complementaron con prácticas rituales propias de las comunidades andinas, que se han constituido en parte importante de los festejos en honor a la Patrona de la Integración.

Familias enteras llegaron a la cima para adquirir algún bien y realizar la respectiva “ch’alla”. Muchos compraban terrenos, que llegaron a costar simbólicamente entre 20 y 50 mil bolivianos.

“Venga señor, el lote está a 20 mil, con todos los papeles al día”, gritaba una vendedora. El aludido se aproximó a comprarlo y se asentó en el lugar junto a su familia, llevando una casa y un camión en miniatura para realizar la “k’oa tradicional” y ch’allar o rociar bebida en él. Más allá, muchos otros extraían piedras pidiendo salud, trabajo y dinero, entre otros.

Las miniaturas subieron de precio y los fajos de billetes fueron comercializados por encima de los Bs 5.

Datos.



Un millón

de fieles visitó el Santuario de Urkupiña solamente el día del Calvario, según los cálculos de autoridades municipales, quienes quedaron satisfechas con los resultados de la organización de la festividad este año.

16 kilómetros

recorrieron las personas que se dirigieron a las faldas del cerro Cota, movidos por la fe y la devoción a la Virgen.



Fieles

llegaron al Calvario para postrarse ante la Virgen y orar para que les conceda salud, dinero, trabajo, armonía, felicidad y bienes inmuebles.

Bienes en miniatura

como un símbolo del bien ansiado, cada persona adquirió objetos en miniatura, para bendecirlos y ch’allarlos.

Billetes

Se comercializaron billetes de alasitas tanto dólares como bolivianos del mismo tamaño que la moneda oficial, incumpliendo la prohibición del Banco Central de Bolivia.

La Iglesia pide por el diálogo entre autoridades e indígenas

La Iglesia Católica pidió por el diálogo entre autoridades e indígenas del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), porque el país se libere del narcotráfico y por la seguridad ciudadana, que permita a los bolivianos vivir como hermanos, ayer en la homilía de la misa realizada en el Calvario de la Virgen de Urkupiña.

El mensaje de la Iglesia Católica, a través del monseñor Luis Sainz, quien hizo un llamado a la reflexión en lo que respecta al narcotráfico. “Oremos para que nos libremos del pecado del narcotráfico que está cundiendo en el país entero”, dijo.

Asimismo pidió por la seguridad ciudadana “que nos preocupa a todos, que la virgencita nos ayude para vivir en paz y armonía como hermanos dentro de esa seguridad”, manifestó Sainz.

Una petición especial fue para buscar la solución para el problema del Tipnis, pues los indígenas rechazan el proyecto de carretera al Beni. “Queremos unirmos a nuestros hermanos indígenas que están marchando porque buscan respeto, diálogo sincero y justicia. Que Dios ilumine a las autoridades a encontrar ese buen entendimiento y encontrar el camino dialogando”.

Aseguró, además, que es necesario tener carreteras de integración que llevan al progreso y que “se trata, solamente, de ponernos de acuerdo para encontrar cómo y dónde hacer esa carretera para beneficiar mejor a todos nuestros hermanos”.

Felicitó a la alcaldesa y a miembros del Concejo Municipal de Quillacollo porque, según la autoridad eclesiástica, este año las actividades por la festividad han estado muy bien preparadas. Agradeció al Ejército y a la Policía boliviana por la colaboración prestada durante los días festivos, la calificó con “100 puntos”.

Los feligreses agradecen y dan testimonio de su fe

Los peregrinos agradecen a la Virgen María de Urkupiña por haberles concedido sus bienes y realizan peticiones especiales para sus familias, a través de una serie de rituales. Lo más ansiado por la mayoría es salud, dinero y bienes inmuebles.

La bendición y ch�alla de piedras, que simbolizan dinero, la compra de billetes de alasitas, autos, casas, lotes, negocios y otros símbolos auguran prosperidad y buena salud para los devotos.

"Vengo todos los años a pedir a la virgencita trabajo, bienestar y, sobre todo, salud. Todo lo que tengo se lo debo a ella", decía José Flores, mientras golpeaba con mucha fuerza las inmensas rocas con un combo hasta lograr extraer un pedazo muy grande, que luego "ch�alló" o roció con cerveza y adornó con serpentinas de color para llevárselas a bendecir. Flores, de 51 años asegura que es su costumbre extraer las piedras del cerro y devolvérselas a la Virgen al año siguiente. "Las piedras siempre están en mi hogar y nunca nos falta nada", añade.

PETICIONES Pascuala Meneses cuenta cómo cada año ha realizado peticiones especiales a la Virgen. "Un año me enfermé y vine a pedir a la mamita, salud. Al año siguiente pedí trabajo, otro año, dinero. El año pasado pedí un terrenito y ahora estoy pidiendo una casa. Todo me lo ha dado la mamita", manifiesta.

Ronald Zurita, de 23 años de edad, estudiante de ingeniería sostiene que acudió al Calvario para pedir que al año pueda adquirir su título profesional.

Sentada en “su lote” simbólico en el cerro Cota, Ruth Montalvo, de 62 años, aguardaba que su esposo extraiga las piedras. “Yo vengo por tercer año consecutivo y tengo mucha fe en la virgencita. Le pido buena salud, porque si hay eso, todo es posible”, asegura.

Gabriel Avilés es uno de los que año tras año presta a los devotos las herramientas para la extracción de piedras. Asegura que las personas que se llevan las rocas vuelven al año siguiente a devolverlas. Los creyentes cuentan que esa piedra se convierte en dinero, haciendo que la casa esté siempre en armonía y nunca les falte nada. Además sostienen que mientras más sufra y se lastime una persona al golpear las piedras y obtenga una de gran tamaño, mayor será el beneficio que la Virgen le conceda.

Para muchos devotos la ch�alla y el baile es parte de la tradición, por lo que invierten al menos Bs 150 en la ceremonia. En el Calvario también se notó la presencia de extranjeros que oraban a la Virgen. Entre ellos la familia Yucra, que llegó de Iquique para pedir su décimo camión.

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