El mes de ayuno de ramadán comenzó hoy en la mayoría de los países musulmanes, que han tomado medidas especiales para frenar la habitual alza de los precios de los productos básicos en esta temporada.
Aunque durante el ramadán los musulmanes deben abstenerse de comer, beber y fumar desde la salida hasta la puesta del sol -unas quince horas-, el consumo de alimentos básicos paradójicamente aumenta.
Y es que según las tradiciones de este mes sagrado para los musulmanes, los fieles rompen su ayuno con el "iftar" y terminan las horas del desayuno con el "sohur"; dos comidas en las que se preparan banquetes de platos típicos del ramadán.
Son platos en los que se utiliza principalmente arroz, harina, azúcar y aceite, lo que provoca el aumento de la demanda y, por consiguiente, de su precio.
A esta subida se añade la crisis económica que sufren muchos países musulmanes, como Egipto tras la revolución que comenzó el pasado 25 de enero y terminó el 11 de febrero con la renuncia de Hosni Mubarak a la presidencia.
Ante el aumento de los precios, el Gobierno egipcio ha tomado medidas para aliviar el ramadán, sobre todo para los menos favorecidos.
El viceprimer ministro y ministro de Finanzas egipcio, Hazem al Biblawi, anunció que su Gabinete ha destinado 2.000 millones de libras (unos 363 millones de dólares) para subvencionar los productos básicos necesarios para el ramadán.
De este presupuesto, 255 millones de libras (unos 46 millones de dólares) van dirigidos sólo a subvencionar el arroz.
El Consejo de Ministros egipcio aseguró, asimismo, que a pesar de la crisis económica que afronta el país, se compromete a asumir el 50 por ciento del valor de los productos subvencionados durante el ramadán.
En Jordania, que también fue escenario de manifestaciones pro reformas, el Gobierno ha hecho gestiones parecidas para controlar el alza de los precios de los alimentos durante el ramadán y evitar así la ira de la población, que puede salir a las calles para expresar su enfado.
A pesar de la subida de los precios en esta época, los últimos días antes del comienzo del ramadán los mercados árabes son normalmente escenario de mucha actividad, ya que los fieles almacenan la comida que después consumen.
Sin embargo, en Yemen, el país más pobre de la península Arábiga, los mercados no se han visto agitados debido a que muchos yemeníes no han podido comprar por la carestía, tal y como pudo constatar Efe.
Numerosos consumidores se quejan de que algunos vendedores de productos básicos esconden durante el resto del año los alimentos necesarios para el ramadán, como la leche y la carne, para venderlos a un precio más alto en este mes de ayuno.
Con ocasión del comienzo del ramadán, el presidente yemení, Ali Abdalá Saleh, dio anoche un discurso en el que instó a los comerciantes a no exagerar en los precios y a ofrecer los productos necesarios para los ciudadanos.
Por su parte, los consejos municipales yemeníes han intensificado sus visitas a los mercados para intentar vigilar los precios durante el ramadán.
En Baréin se han multiplicado las llamadas para recaudar ayuda financiera en ramadán para las familias de los fallecidos y los detenidos durante las manifestaciones pro-reformas que comenzaron el pasado 14 de febrero, según dijeron a Efe fuentes opositoras.
La situación de los mercados allí en los últimos días ha sido muy parecida a la de los yemeníes, ya que al contrario que otros años, muchos fieles musulmanes no han hecho una gran compra de ramadán.
Sea poco o mucho lo que compran y consumen los fieles para romper su ayuno diario, se conservará la costumbre de felicitar las fiestas con el clásico "Ramadán Karim" (generoso), con la esperanza de que los ricos provean, como suele suceder, a los menos favorecidos durante este mes de misericordia.
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