Era medio día del 15 de agosto de 1920, no era inusual ver a campesinos preparar el terreno de labranza para sembradíos, en la población de Coluyo situada a 12 km de Totora.
Cuando ya estaba terminando la jornada y se empezaban a ver difuminados los rayos del Sol en un ocaso inolvidable, Miguel Ugalde Méndez, propietario de la hacienda, decidió tomar un descanso y se recostó en el suelo, apoyando la cabeza en una piedra, que lo incómodo; la arrojó y ésta cayo justo frente suyo. El reflejo de la luz sobre la piedra, llamó su atención. La levantó y vio reflejada en su dura y tosca textura la más pura y bella figura que había visto.
¡Es la virgencita! gritó, y muchos de sus jornaleros corrieron hacia él, y quedaron impactados por tanta belleza, pues era la imagen de la “Virgencita de Candelaria” (o de la Luz). De inmediato empezaron a rezar.
Recomendaron a Miguel llevar la imagen a Totora para su bendición; pero el párroco José María de la Fuente le dijo que estaban prohibidos de bendecir imágenes en piedra, y que solamente en Cochabamba el Obispo podía hacerlo.
Miguel viajó en su caballo por varios
días, hasta llegar a la parroquia del Hospicio, donde funcionaba el Obispado.
El Obispo de aquel entonces quedó impactado al comparar la imagen original con la reflejada en la piedra, claramente se podía ver la silueta de la Virgen sosteniendo al Niño Jesús en su brazo izquierdo, del otro lado estaba su canastillo de flores, y la corona de estrellas. Después de constatar y confirmar la veracidad de la imagen grabada en la piedra. Esa misma noche se celebró una misa en su honor y fue bendecida dentro la iglesia.
Luego de su retorno a Totora, Miguel junto a las familias más reconocidas del pueblo empezaron con el proyecto de construcción de la capilla, en el lugar exacto donde se encontró a la imagen. El 14 y 15 de septiembre de 1923 el párroco llevó a cabo la bendición de la imagen de la milagrosa “Virgencita de la Candelaria”.
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