Como cada año, el último domingo de agosto, la Iglesia Católica ha institucionalizado el inicio de la celebración del mes de la Biblia que concluye el último domingo de septiembre, tiempo en el que los fieles se organizan y dedican mayor importancia a las sagradas escrituras, tal como se hace en las eucaristías.
Durante este mes, el arzobispo de Sucre, monseñor Jesús Pérez, propone hacer en cada casa un pequeño altar donde esté la Biblia y el tríptico de la misión permanente, para seguir la invitación de los obispos en el concilio de Aparecida (Brasil): ser “discípulos misioneros”, o sea, anunciar la Palabra de Dios, la Buena Noticia.
Asimismo, siguiendo la exhortación del papa Benedicto XVI, el Arzobispo invita a vivir este mes de la Biblia en comunión eclesial y no reducirla al ámbito de lo personal o privado. “Él dice: la Biblia es el libro de la Iglesia, y su verdadera hermenéutica brota de su inminencia en la vida eclesial. San Gerónimo recuerda que nunca podemos leer solos las escrituras”, remarca.
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