Casi todos los días del año, pero en especial los lunes y jueves, la tumba de Inocencia Flores, en el Cementerio General de Oruro, es una de las más concurridas. Desde hace 34 años, cientos de personas la veneran como a una santa milagrosa.
Su nicho es un santuario lleno de flores, plaquetas de agradecimiento y devotos que le ruegan por salud, amor, negocios y otros favores.
La historia. Inocencia Flores es el nombre ficticio de la cholita que hace 34 años fue asesinada por su patrón, dueño de un local comercial, quien intentó abusar de ella y le asestó 24 puñaladas. Nunca se conoció ni se conocerá su verdadera identidad.
Después de un tiempo, la Policía halló el cuerpo de la joven en el patio de la vivienda del autor del crimen, ubicada entre las calles Adolfo Mier y Bakovic de Oruro.
Sara M. es una de las devotas de Inocencia y relató que el asesino fue sentenciado a 30 años de presidio en el penal de esa ciudad.
Actualmente, los restos de la joven yacen en un sector descuidado, en la parte norte del camposanto, donde hay varios nichos en total estado de abandono.
Sin embargo, la tumba de Inocencia se destaca, tiene un techo de calamina, un crucifijo sobre una mesa de concreto, dos angelitos y miles de plaquetas de agradecimiento por los milagros recibidos.
Hace varios años, Felisa y Jorge, un matrimonio, se encargaron del mantenimiento del sitio, pero tiempo después fueron asesinados misteriosamente.
Según señala una de las creyentes de la joven mártir, los presuntos delincuentes no se llevaron objetos de valor ni dinero, sólo sustrajeron el cráneo de la joven. “Su t'ojlito nomás se han robado. La Inocencia tenía joyas de oro y plata, pero todo está ahí. Hasta ahora no se sabe nada de los asesinos”.
Hoy, los tres hijos de la pareja se encargan del cuidado de la tumba y la venta de sahumerios. Los esposos fueron enterrados a ambos lados de la tumba de Inocencia. “Ahora ellos son los guardianes de la santa”, dice la mujer, mientras enciende velas y acomoda flores.
Los testimonios. Una mujer de edad madura llora desconsoladamente ante la tumba. Luego, tras orar durante largo rato, relata que hace cinco meses su hijo de 17 años fue a La Paz en busca de trabajo, pero desapareció sin dejar rastro alguno.
“No sé nada de mi hijo. Lo fui a buscar y nadie tiene noticias, pero sé que la mamita Inocencia me va a ayudar. Hace un año me salvó de un accidente de tránsito. Estaba por morir, vine aquí y sigo viva”.
Otro de los creyentes, un anciano, indica que hace un año la santa lo curó de una enfermedad renal. “La Inocencia es bien milagrosa, pero hay que venir dos lunes y un jueves sin fallar y se cumplen todos los pedidos”.
Uno de los yatiris que están cerca del nicho relata que Inocencia no hace favores a personas que piden el mal y el fracaso para otras familias.
700 creyentes visitan, en promedio, cada día la tumba de Inocencia Flores, en el Cementerio General de Oruro.
Más detalles sobre la joven
EL CRIMEN
Los asesinatos de Jorge y Felicia fueron por envidia, según los creyentes.
UN INCENDIO
Los orureños relatan que la tumba de Inocencia se quemó hace dos años.
VELAS NEGRAS
A cinco metros del altar de la santa hay un espacio donde arden velas negras.
Los devotos de inocencia flores llegan desde estados unidos, brasil, argentina y chile, además de otros departamentos del país. el primer y último lunes de cada mes, la tumba recibe a al menos 700 creyentes, y los otros días, entre 100 y 200.
Los misterios de la joven
Según cuentan los orureños, Inocencia Flores era de origen humilde y muy simpática. Es por eso que la consideran un ángel del cielo.
17 años tenía Inocencia Flores cuando fue asesinada por su patrón, quien intentó abusar de ella en una zona de Oruro. El crimen sucedió un 13 de diciembre de 1977.
3 días de visita continua a la tumba de Inocencia Flores realizan los creyentes para que se cumplan sus ruegos. Los días más favorables son dos lunes y un jueves.
30 minutos permanecen los devotos ante la tumba de la joven. Durante ese tiempo, ellos mastican coca, fuman cigarrillos y comparte sus penas con las demás visitantes.
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