La mayoría de las personas no valoramos muchas cosas hasta que nos faltan o también hasta que nos topamos con personas que no gozan en la vida de tantos bienes que nosotros tenemos.
Este décimo sexto domingo del tiempo ordinario, en la Liturgia, se nos invita a tomar conciencia de lo felices que somos los cristianos al tener como Pastor a Jesucristo, el Hijo de Dios e Hijo de María. Es Jesús de Nazaret quien como pastor nos guía, nos reúne, nos orienta, nos da fuerza y nos alimenta. Es mucho, muchísimo lo que Jesús nos da a través de la Iglesia.
En el domingo pasado contemplamos a Cristo enviando a sus discípulos a anunciar el reino, a ser discípulos misioneros. En el evangelio de hoy, Marcos 6,30-34, regresan contentos y felices de haber cumplido el encargo del Maestro. Jesús los recibe y quiere llevarlos a un lugar tranquilo para descansar, evaluar, orar... Pero la gente ansiosa de escuchar a Jesús y recibir los beneficios que emanaba de su persona no les dejó estar en su retiro.
Cristo viendo la multitud exclamó lleno de compasión “andan como ovejas sin pastor” (Mc 6,34). Hoy también podrá decir lo mismo el Maestro y Pastor viendo a tantas personas, aún en su Iglesia, que andan como ovejas sin pastor. Tantas personas desorientadas sin saber para qué viven, desprovistas ante tantos peligros y tentaciones que nos merodean por todos lados.
Los cristianos no podemos ser unos despistados, pues tenemos el don de la fe, compartimos una misma fe en nuestras celebraciones y en la vida diaria. Hemos sido hechos familia de Dios, Iglesia, Cuerpo de Cristo, el día del bautismo. Los cristianos podemos cantar con seguridad y alegría: “El Señor es mi Pastor nada me puede faltar”.
La Arquidiócesis de Sucre, otrora Charcas o La Plata –ese es el nombre que se le dio en 1552 y en 1609 al ser creada diócesis primero y después Arquidiócesis, por las bulas papales de creación– es la Iglesia Local que hace presente en comunión con el Papa, a la Iglesia Universal en la totalidad de sus notas que le caracterizan: Una, Santa, Católica y Apostólica.
Esta Iglesia se enraíza en las culturas del territorio donde peregrina como Pueblo Santo de Dios haciendo presente la Buena Noticia de Jesucristo, vida abundante para todos los pueblos. Nuestro Departamento de Chuquisaca es rico en la diversidad de sus culturas: quechua, guaraní, mestiza, citadina y otras tantas, que le dan a nuestra Iglesia un rostro específico y le desafían a encarnarse en ellas respetando y valorando la catolicidad. Los valores culturales, que no contradicen a los valores del Reino, enriquecen el conjunto de la Iglesia Local. Todos los cristianos nos debiéramos sentir llamados a vivir la comunión con los modos de ser Iglesia que tiene cada una de las culturas.
El domingo 22 de julio ha sido establecido –este año– el DÍA DE LA IGLESIA DIOCESANA, con la finalidad de tomar conciencia de nuestra pertenencia a esta Iglesia, la Arquidiócesis de Sucre, en Chuquisaca; pues los bautizados formamos parte de ella siendo necesario, conocerla y amarla más y más. El lema escogido para este año: “¡Atrévete a ser Iglesia...!”.
Con alegría, con pasión, con decisión, con valentía, con compromiso, con entusiasmo, con creatividad, en comunión y en misión permanente. El lema es una invitación que nos desafía a salir del anonimato, a dejar de lado la indiferencia y vivir nuestra modalidad que emerge de nuestra identidad católica.
Los que conocen la historia de nuestra Iglesia de Sucre, la Arquidiócesis de Sucre, saben que desde su creación, el 27 de junio de 1552, se caracterizó por ser un centro formador de evangelizadores y misioneros, promotora de la libertad en América Latina, defensora de los derechos humanos, impulsora del arte y la música. Valoró la lengua quechua y costumbres que no iban contra la moral. Fue y es creadora de proyectos sociales a favor de los más pobres. Esta realidad nos enorgullece y al mismo tiempo nos desafía a seguir haciendo de ella una Iglesia comprometida con la vida y la dignidad de toda persona.
En el deseo de ser una Iglesia viva se celebró el VI Sínodo y de él ha salido el Plan Arquidiocesano de Pastoral 2011-2016, es una tarea que nos compete a todos. Nadie que valore y ame a esta iglesia puede quedar al margen del Plan Pastoral. Por ello, nuestro lema es un desafío: “¡Atrévete a ser Iglesia!”.
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