domingo, 8 de julio de 2012

EL PRIMER TEMPLO DE COCHABAMBA "El Paso"

Hoy la localidad de “El Paso” vive una de las celebraciones más importantes, la “Fiesta del Señor de Buen Viaje”; sus peregrinos se dan cita antes de las once de la mañana en el templo para escuchar la misa central.

En esta ocasión la pequeña plazuela “27 de Mayo” no tiene abasto, -aún habiendo cerrado el paso a las movilidades-, y el ambiente está perfumado por el aroma fresco de las flores que llevan los fieles a su “santito”. El ambiente del pueblo es de una gran fiesta religiosa.

Pero eso no es todo, puesto que el visitante puede aprovechar esta oportunidad para apreciar y admirar de cerca la edificación del primer templo cochabambino, que según la documentación de la parroquia fue fundado el 27 de mayo de 1571, y que contiene información relevante de la historia del templo; además, de los tesoros arquitectónicos y de arte que allí se exhiben.

origen histórico “el paso”

El Paso, es una de las más antiguas poblaciones del valle cochabambino, se encuentra dentro el límite jurisdiccional de Quillacollo, que hace poco se convirtió en una subalcaldía.

Este población tiene su origen étnico en la cultura aymara, entre los que se puede mencionar a Urinzaya, Aranzaya y Kjellacolla, a cuya cabeza se encontraba Tupac Yupanqui. La mayor característica de la zona era el cultivo de cebada y maíz.

Los españoles llegaron a la región en el año 1555 y tomaron las tierras de todo el valle por mandato del Virrey Toledo; y precisamente fue éste quien designó la administración de las tierras al primer encomendero de la zona Juan Polo de Ondegardo, quien realizó la fundación de la Villa de Ondegardo, hoy “El Paso” y a los aborígenes se les concedió el nombre del pueblo del Paso; con el transcurso de los años los jesuitas de la “Compañía de Jesús” adoptaron ese nombre como gentilicio de la zona.

Según el arqueólogo Ramón Sanzetenea el nombre de “El Paso” se lo extrajo de la palabra “Pissu Marca”, denominativo que los indígenas empleaban porque en dicho sector se pagaba un pissu, -moneda más baja en valor-, por el derecho a transitar por los caminos.

El arqueólogo afirma que por este sector pasaba la ruta de “Tupuyan”, -la cual llegaba hasta la zona de Samaipata-, y los viajeros pagaban a los jefes de las comunidades el pisso para que conserven y cuiden el estado de los caminos y poco a poco los antiguos habitantes comenzaron a denominarla como la zona de “Pissu Marca”, palabra que con el paso del tiempo se fue modificando hasta ser castellanizada; y por ende el templo también fue quedándose con ese calificativo popular.

Primer templo de la ciudad

Una de sus mayores reliquias colo

niales de la zona “El Paso” es su templo, mudo testigo del apogeo y decadencia de la colonia española en este valle. El padre Rodolfo Ramírez Sotelo, párroco de la Parroquia Santiago Apóstol del Paso, -que ocupa el cargo hace más de seis años-, afirma que si bien existen datos documentados de que el 27 de mayo de 1571 se fundó la parroquia, ésta congregación debió haber contado con un periodo previo de catequización, de por lo menos 15 años.

Asimismo Sanzetenea asegura que tampoco existe documentación que respalde que fuera el encomendador Polo el directo encargado de los trabajos de construcción del templo, pero es a él a quien se atribuye la construcción del templo.

Según los profesionales, la edificación del templo responde a las características particulares de la época en las que aún el poder de la nobleza estaba bien consolidado.

El padre Ramírez afirma que el templo la congregación de “El Paso” era bastante numerosa, más o menos acogería a unos 5000 fieles, esto viendo el tamaño de la infraestructura.

Datos arquitectónicos

Ángel Saavedra Mamani, arquitecto a cargo del proyecto de restauración el templo de El Paso señala que éste presenta una planta de cruz latina, con un altar mayor y dos altares laterales.

“Las dimensiones del templo cuentan con una superficie aproximada de 480 metros construidos; sus paredes son de 180 metros de ancho y los cimientos y sobrecimientos son de mortero de arcilla”, afirma Saavedra.

Las características más importantes del retablo principal radican en sus dimensiones, de más o menos 15 de alto por 12 de ancho.

Una pieza tallada en madera de cedro, que según el párroco del templo era una madera especial traida de Chuquisaca.

Según la descripción del arqueólogo Sanzetenea el retablo cuenta con dos columnas grandes talladas al estilo barroco florido y dos más pequeñas en la parte inferior, y en la base de cada columna hay un “crutesco”, -son tallados de caritas y en sus laterales alitas-, emulando ángeles.

Además el retablo central tiene una hornacina que aloja a la imagen central del Santo. Todo ello cubierto con la técnica de pan de oro. Otra de las particularidades del templo es el coro toledano, con influencia “Mudejar”, traído por los moros o árabes, según Ramón Sanzetenea se trataría del único templo en Bolivia con este tipo de coro; con espacios definidos para los instrumentos y el cantante, “esto es una muestra del arte virreynal del siglo 17 al 19”, enfatizó.

Es el único templo en Cochabamba que cuenta con un coro semicircular en forma de "U". Asimismo, luego de algunos estudios de excavación en en el templo descubrieron que existen tres niveles de piso y que el piso original era de ladrillo pastelero.

De igual manera la estructura del templo original demuestra que en el periodo colonial las clases sociales eran muy marcadas; puesto que incluso en el templo, la casa de Dios, existían dos puertas de acceso, una con dirección al este, -destinado para la nobleza-, la cual miraba hacia el Sol como símbolo de vida y la puerta sur que estaba destinada a la gente común.

Finalmente, hay un amplio ventanal de más o menos cuatro metros de alto por tres de ancho, a la capilla de indias, “los indios no ingresaban al templo, solo se reunían en el lado de la capilla de indias y el sacerdote se acercaba hasta esa ventana para dar la bendición”, asegura Sanzetenea.

ARTE y valor

Cabe mencionar que este templo cuenta con una amplia y exclusiva muestra de arte colonial, que no todos saben apreciar.

Por una parte el altar mayor destaca un lujoso retablo dorado con pan de oro de estilo barroco, con algo más de siete imágenes de santos, que son esculturas de la época colonial de estilo manierista.

Las imagenes que están expuestas en los retablos son obras de escultores de la época, en cambio la imagen del Tata Santiago y el señor del Buen Viaje, en base a las cuales se fundó la parroquia, fueron traídas desde España.

“Estas imágenes llegaron a Bolivia y particularmente a la zona del Paso sobre lomo de animales o a fuerza de esclavos”, afirma el Padre. Ambas imágenes son de dimensiones grandes, “la del Santo del Buen Viaje no sale en procesión, en cambio el Tata Santiago sí, siempre y cuando sean 10 fieles los que se animen a moverla” asegura el párroco.

Otro de las muestras importantes es la platería original de la época y los cuadros al óleo de gran valor histórico cultural.

“Entre los cuadros más importantes que se exponen en el templo, son los óleos pintados en el siglo 16 o 17. Hay una colección completa de pinturas destinadas a la catequización de los indios, porque ellos no sabían leer y la única manera de hacerlo era a través de las imágenes. “Actualmente la iglesia de “El Paso” cuenta con 21 cuadros coloniales”, señala el Padre Rodolfo.

Otra de las piezas significativas es el primer custodio, o sagrario de 1571, el cual fue labrado en plata y bañado en oro. A esto se suma los muebles de la época, como el primer confesionario.

De igual manera este lugar tiene otros relatos que lo convierten en único, por ejemplo: Simón Bolívar llegó a pernoctar en el lugar en más de tres ocasiones y se dirigió a sus seguidores desde el púlpito de la iglesia, y también el expresidente Mariano Melgarejo estuvo oculto en el Templo del Paso por más de dos meses.

Fieles del santo del buen viaje segundo domingo del mes

FE Y TRADICIÓN

El templo de “El Paso” es uno de los más visitados del valle cochabambino puesto que según las creencias populares ambas imágenes, -el Tata Santiago y el “Señor del Buen Viaje”-, apoyan y cuidan al viajero.

El pueblo confía en esta imagen porque dicen que el Tata Santiago, -por estar montado en un caballo-, es el medio de transporte y el “Santo del Buen Viaje” le ayudan con los pasaportes y el ingreso a otros países y que según los devotos ir bajo su protección es una carta de ingreso seguro.

De igual manera los comerciantes acuden a él para solicitarle que haga pasar sus productos sin ninguna novedad y, según los fieles, así lo ha hecho siempre.

“Sus mayores seguidores son los comerciantes y los migrantes que salen del país buscando mejor destino” asegura el párroco. Y luego como retribución es que ellos mandan dinero a sus familiares y son ellos quienes se encargan de llevar a la iglesia flores.

“La devoción de los fieles es tan grande que las flores del templo se cambian tres veces por semana”, además que durante su fiesta del 25 de julio algunos creyentes llegan a gastar entre 50 y 80 mil bolivianos en flores.

De igual manera, en forma de agradecimiento los fieles mandan a confeccionar atuendos o labrar piezas en platería, todo con el objetivo de retribuir un poco el milagro concedido.

Es por eso que sus fieles se dan cita en su iglesia todos los segundos domingos de mes para escuchar la misa central y la fiesta tiene sus pasantes, los que se encargan de llevar la banda, adornar el altar y entregar la posta a los siguientes pasantes.

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