Desde hace décadas, el Vaticano es el único Estado teocrático del mundo, regido por un monarca absoluto, el Papa, que goza del privilegio de la infalibilidad, elegido democráticamente por el colegio cardenalicio y cuya institución está envuelta en un halo de secreto y misterio capaz de alimentar todo tipo de novelas y de teorías conspirativas.
Técnicamente, se trata de un Estado de Dios y de los hombres, con riquezas incalculables y ciudadanos austeros, sin fuerza militar y con un ejército vestido por Miguel Ángel, sin carros de combate ni misiles pero con una enorme influencia planetaria que trasciende lo eminentemente espiritual. Es la llamada “complexio oppositorum”, o sea la extraordinaria capacidad que tiene la Iglesia Católica de casar las ideas y las vivencias más contradictorias desde la consolidación de los Estados Pontificios en el turbulento siglo XIV.
El Vaticano, el Estado más pequeño del mundo con 0,44 kilómetros cuadrados y 785 habitantes, es el reino de Dios en la tierra, gobernado por célibes, a cuyos máximos órganos no tiene acceso la mujer, rodeado de un halo de autoridad moral y de misterio. Y presidido nada menos por que el Vicario de Cristo en la tierra. De ahí que, en esta Ciudad de Dios, lo que no es sagrado sea secreto. Un cóctel explosivo de realidades y símbolos sacros y profanos que han hecho y hacen las delicias de novelistas y literatos, cuya obra ha sido adaptada al cine con mayor o menor calidad y éxito.
“El Vaticano fascina, fundamentalmente por su herencia histórica. Basta echar un vistazo al papa Rodrigo Borgia que siendo de origen español, concretamente valenciano, ejerció como un notable estadista que no sólo buscó la unidad de la península italiana, sino que al mismo tiempo puede considerarse el precursor de la Unión Europea, gracias a la serie de alianzas entre los Estados Pontificios y los grandes reinos del siglo XV como España y Francia”, escribe el historiador Francesc Miravall.
Historia y ficción
A todo esto, es ingente la cantidad de literatura escrita sobre la Santa Sede. Entre la infinidad de libros, cuya trama se basa en la pequeña ciudad-Estado de los papas, podemos distinguir dos tipos principales de obras: las serias y las demasiado frívolas.
Entre las primeras, las obras bien escritas y que utilizan el Vaticano como forja de sus personajes, hay algunas que podrían catalogarse de obras maestras del género vaticanista. Entre ellas, destaca la famosa trilogía del escritor australiano Morris West: Las sandalias del pescador, Los bufones de Dios y Lázaro. En la misma categoría se halla Los sótanos del Vaticano, de André Gide, cita el periodista español José Manuel Vidal en las páginas del diario español El Mundo.
“Qué duda cabe que la Iglesia es un filón para escribir historias más o menos apegadas a la historia. En los pasillos de San Pedro se han tejido conspiraciones de toda clase, como si se tratara de la misma CIA. Incluso la muerte de Juan Pablo I sigue siendo un misterio mil veces tratado de develar siempre sumido en una nebulosa de crimen y conflicto de intereses. El propio Mario Puzo, autor de El Padrino expuso su teoría sobre lo que pasó en 1981. Para el escritor ítalo-estadounidense no hay duda: la mafia hizo el trabajo sucio encargado y pagado por la CIA.
El objetivo era que Karol Wojtyla se convirtiera en el papa polaco que frenara la influencia soviética en Polonia y alentara a los sindicatos católicos liderados po r el activista Lech Walesa a levantarse contra el régimen lo cual , en definitiva sucedió”, sostiene el historiador Paul Ferrat en los documentos del programa Milenio de la cadena española Antena 3.
Verdad o ficción, el Vaticano seguirá despertando el interés de quienes entienden la relación estrecha entre el Reino de Dios y los poderes mundanos.
Libros clave
Vallejo El escritor colombiano Fernando Vallejo escribió La puta de Babilonia, una ácida crítica a la Iglesia.
Brown El novelista estadounidense Dan Brown alcanzó notoriedad gracias a dos novelas centradas en el Vaticano, Ángeles y demonios y El Código da Vinci.
Yallop El periodista de investigación David Yallop explica en El poder y la gloria la teoría de la conspiración sobre la muerte de Juan Pablo I. Concluye que fue asesinado.
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