domingo, 7 de abril de 2013

Biblia y Corán,libros con similitudes

Se adora y se sigue a un Dios, aunque por caminos distintos. Ambas religiones tienen un “libro sagrado”. El catolicismo con la Biblia y el islamismo con el Corán. Avanzan por un camino casi similar, aparentemente van hacia la misma meta.

Salvando las diferencias entre el Corán y la Biblia, ambos libros tienen similitudes: hablan del principio de los tiempos, coinciden en relatar la historia de algunos personajes y hechos y vislumbran a futuro el día de la recompensa para los creyentes: el ingreso a un jardín o paraíso, además de que anuncian un castigo para los que no andaron por el camino recto.

De antemano, ambos libros son considerados “sagrados” porque son resultado de una revelación. En el caso de la Biblia, porque “contiene la revelación de Dios a la humanidad”; en el caso del Corán, porque “son palabras divinas de Dios”.

El secretario del área de evangelización de la Conferencia Episcopal Boliviana, Genaro Machicado, explica que la Biblia pasó de la tradición oral, hace aproximadamente 1950 años, a la tradición escrita en 930 antes de Cristo. Hasta el año 30 de esa era el antiguo testamento ya estaba terminado. 110 años después de Cristo, el nuevo testamento terminó de escribirse.

En el caso del Corán es distinto. Se afirma que Alá reveló a Mahoma el Corán aproximadamente en el año 610. Mahoma recibió ese libro por 23 años, mediante el ángel Gabriel. El recibimiento se hizo de manera “paulatina y poco a poco para que él (Mahoma) memorizara lo que mandaba Dios, y después les enseñara a los compañeros”, señala el líder de la Mezquita de La Paz, Ayman Altaramsi.

En términos formales, la Biblia tiene 73 libros, 46 del antiguo testamento y 27 del nuevo. El Corán cuenta con 114 suras, que son como capítulos o libros.

Relatos compartidos

En el caso de la Biblia, las historias de algunos personajes se presentan enteras, mientras que en el Corán las partes que son similares a la Biblia están diseminadas en todo el libro. Por ejemplo, la vida de Jesús, en la Biblia, está compactada esencialmente en los evangelios según San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan, mientras que en el Corán Jesús (Isa) está mencionado en varias partes del texto.

La figura de Jesús para el catolicismo es la pieza central. Machicado sostiene que “Jesucristo es el revelador absoluto y total de Dios y que a través de él sabemos quién es Dios, qué quiere para la humanidad, para cada persona, para todo el mundo. Esto es lo que contiene la Biblia como libro sagrado”.

La Biblia cuenta que María, comprometida con José, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo (Mateo 1:18). En el Corán se confirma la virginidad de Maryam (María) cuando queda embarazada, aunque en este libro se señala que es estéril y es su pareja quien pide tener un hijo a Alá. Algo fundamental es que en el islam no se considera a Jesús como hijo de Dios y más bien se lo ve como un profeta: Isa.

“Jesús para nosotros es un profeta especial. Dios lo hizo a través del Espíritu Santo, por supuesto, cuando sopló en el vientre de la Virgen María. Pero aceptamos y respetamos a Jesús como enviado o mensajero de Dios, como al profeta Mahoma, como al profeta Moisés”, dice Altaramsi.

Machicado afirma que Jesucristo es el personaje central del cristianismo. “Mahoma es un gran profeta. En cambio Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre. Es Dios encarnado. No es solamente un personaje cualquiera. Es la expresión viva de Dios”, afirma.

No obstante, en el islam no se vislumbra la idea de que Dios tenga hijos. “En los principios del islam ni se acepta que se refiera al profeta Mahoma como hijo de Dios”, asegura Altaramsi.

Hacia el cielo

En el Corán, existe una versión distinta sobre la ascensión de Jesús al cielo después de que resucita al tercer día de haber muerto. Para el Islam, no murió crucificado. Cuando fue traicionado por Judas, Dios lo llevó al cielo y a quien crucificaron fue a Judas porque lo hizo “semejante” a Jesús. “Pero, aunque sí lo creyeron, no lo mataron ni lo crucificaron”, dice el Corán al respecto (4:157). Altaramsi explica que Jesús “aún no ha completado su misión profética”, porque Dios lo mandará “en el futuro próximo” para matar al Anticristo.

A diferencia de aquello, la Biblia señala que cuando Jesús comenzó a predicar, a hacer milagros, fue traicionado por uno de los 12 discípulos, Judas. Y después de que murió crucificado, al tercer día resucitó y ascendió al cielo para sentarse a “la derecha de Dios”.

La creación

Uno de los temas en los que ambos “libros sagrados” coinciden es en el inicio del mundo. A diferencia del Corán, en la Biblia se da más descripciones sobre ese momento.

“Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra estaba desierta y sin nada, y las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas”. Dijo Dios: “haya luz, y hubo luz. Dios vio que la luz era buena y la separó de las tinieblas. Llamó a la luz ‘día’ y a las tinieblas ‘noche’. Y atardeció y amaneció el día primero'” (Génesis 1:1).

El Corán comienza el libro con una alabanza y oración a Alá. La creación es mencionada en varias partes de texto, no exclusivamente en un apartado concreto, sino de manera dispersa. En el capítulo 6 se señala que Alá “ha creado los cielos y la tierra y ha hecho las tinieblas y la luz”. En el capítulo 13 se relata que Alá “es quien ha extendido la tierra y ha puesto en ella cordilleras y ríos”.

En cuestión de tiempos de la creación, el Corán sostiene que Alá creó los cielos y la tierra en seis días y que luego se sentó en el “trono”. La Biblia coincide de alguna manera al contar que Dios creó todo en seis días y que al séptimo descansó.

El primer hombre

En el sexto día, en el relato bíblico del Génesis, Dios creó a Adán a su “imagen y semejanza”. Lo formó con “polvo de la tierra” y “sopló en sus narices aliento de vida”. Luego, Dios plantó un jardín en un lugar del oriente llamado Edén y ahí puso a Adán. “Dijo Yavé: No es bueno que el hombre esté solo. Haré pues un ser semejante a él para que lo ayude” (Génesis 2:18). De esta manera creó Dios a Eva, de una de las costillas de Adán, mientras éste dormía”.

En el Corán, el primer hombre se llama Adam. Fue creado a “partir de barro” y de él se creó a Hawá (Eva). Alá es “quien os creó a partir de un solo ser del que hizo a su pareja, para que encontrara sosiego e intimidad en ella” (7:189).

En el Corán se cuenta además que Dios dijo a los ángeles que crearía “a un representante” suyo, Adam, quien en uno de sus primeros actos pondría nombres a los animales. Pero cuando Dios pidió a los ángeles que se postraran ante él, Iblis no lo hizo.

Dios dijo a Adam que habitara con su pareja el jardín, de donde podría comer sin restricciones y les pidió que no se acercaran a un árbol porque sería de los injustos. Pero Shaytán (Iblis) les hizo caer con él. Por ello Dios los hizo descender y les dijo que serían enemigos unos con otros (7:19).

Moisés

El Éxodo en la Biblia relata la salida del pueblo de Israel de Egipto hacia la tierra prometida.

El relato bíblico señala que Moisés y su hermano Aarón se trasladaron al corazón de ese imperio para buscar la liberación de la esclavitud a la que estaba sometido el pueblo de Israel. Ante la negativa del Faraón, Dios envió diez plagas. Cuando causó la muerte de todos los primogénitos, incluso del hijo del rey egipcio, éste decidió que los israelitas recuperaran su libertad, después de 430 años de sojuzgamiento. Pero cuando se fueron cambió de opinión y marchó tras de ellos para nuevamente esclavizarlos. En ese ínterin, cuando los israelitas se dieron cuenta de que los estaban siguiendo, Moisés extendió su mano sobre el Mar Rojo y cruzaron por el espacio seco que se abrió al dividirse las aguas. Una vez que cruzaron las cerró y los egipcios quedaron atrapados y no quedó uno que se salvara (Éxodo 4:18 - 16:30).

El Corán también hace referencia a Musa (Moisés) y al éxodo que tuvo que pasar el pueblo de Israel, que estaba bajo el dominio de Firaún.

El relato cuenta que Alá envió a Musa y a su hermano Harún a liberar al pueblo de Israel, pero no encontró que Firaún cediera. “Soy un mensajero del señor de los mundos. Y soy verdadero. Tengo la obligación de no decir sobre Alá sino la verdad' así que dejad que vengan conmigo los hijos de Israel”, señala la sura 7:103-105. Sin embargo, Firaún no creyó, a pesar de que Alá envió varios castigos en contra de su pueblo, como “el diluvio, las langostas, los piojos, las ranas y la sangre”. No obstante, cuando cayeron los castigos, aquél pidió a Musa que rogara a Alá y que a cambio dejaría ir al pueblo de Israel. Sin embargo, cuando se le libró del castigo no cumplió y terminó muerto, en el mar, cuando siguió a los israelitas. “Y cuando por vosotros hicimos que el mar se abriera en dos y os salvamos, ahogando a las gentes de Firaún ante vuestros propios ojos”, señala la sura 2: 47-51.

Otros relatos

Además de estos relatos, también coinciden ambos libros en la historia de Ibrahim (Abraham) y cómo Alá le concede tener hijos a la vejez. Lo mismo se puede decir del diluvio y de la Torre de Babel. También está la historia de Yosuf (José), que relata la historia sobre cómo sus hermanos, por envidia, lo lanzan a un pozo, es comprado como esclavo y luego se convierte en administrador de la despensa de Egipto, por su habilidad para interpretar sueños.

También hay historias como la de “la Familia de Imran”, el padre de Maryam (María), y su pareja Zkaryya; Imran pidió “buena descendencia procedente” de Alá. Y así nació Isa (Jesús), pese a que Maryam era estéril.

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