A ocho años del fallecimiento del sembrador de esperanza, el Papa Juan Pablo II, el Obispo de la Diócesis de Oruro, Monseñor Cristóbal Bialasik llamó a la población a recordarlo y honrar su memoria, con el servicio a los demás, siguiendo sus enseñanzas de paz, entrega, fe y amor por la vida.
"Él, más que todo, estaba preocupado por la vida, por el ser humano, la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Nos ha dejado una inmensa bibliografía de los escritos que él mismo ha hecho para el bien de la humanidad y de la Iglesia, cómo tenemos que seguir al Señor, cómo servirle, sirviendo a nuestro hermano y hermana, él nunca ha dejado la parte humana a un lado, siempre estuvo preocupado por cada ser humano y salía al encuentro de cada persona", expresó Monseñor.
Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, lo sucedió el Papa Benedicto XVI y hoy, está en su lugar el Papa Francisco.
En un análisis del trabajo realizado por Juan Pablo II, Bialasik destaca su humildad, entrega, servicio y amor hacia el pueblo, a la Iglesia y a Dios que se ha reconocido en todas las naciones y por ese motivo fue beatificado pronto, para agradecerle por todo el servicio brindado.
"Sabemos que él tenía contactos, reuniones, encuentros a nivel de todos los sectores, buscando soluciones para este mundo. Sabemos que cuando comenzó la guerra entre Inglaterra y Argentina por las Malvinas él estaba buscando soluciones de paz para que no haya muertes y se respete la vida en todo sentido, fue un Papa extraordinario y se lo reconoce como una persona santa que ha entregado su vida, como su lema decía: Todo tuyo, así es", manifestó el Obispo.
Comentó que el Papa viajero, como también se lo conocía, tenía el don de ver a cada persona como única, de fijarse en el rostro de cada una como si fuera el centro del mundo, y con ese carisma acercaba a los humanos a Dios.
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