La defensa de los religiosos del Santuario de Copacabana impugnará las decisiones del juez Juan Arroyo, pues, no hay indicios de culpabilidad, afirmaron hoy, en la comunidad franciscana.
Si los custodios del santuario de Copacabana reciben las donaciones para la Virgen es absurdo que les acusen del robo perpetrado en ese templo, porque ellos no necesitan ingresar por la ventana y menos aún utilizar la escalera de Entel, ellos tienen acceso a diario, afirmó el Secretario Adjunto de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), José Fuentes.
"Denunciamos un estado de inseguridad jurídica que atropella los derechos fundamentales de las personas, dando la impresión de que la administración de la justicia en el país no actúa de manera objetiva e imparcial", señala la comunidad de los padres franciscanos en Bolivia.
"No vemos ni siquiera indicios de culpabilidad" en los sacerdotes, pero desde el inicio se ha visto el "interés de apresar a los sacerdotes antes de dar con los verdaderos culpables", remarcó Fuentes al expresar la "preocupación de la Iglesia" por los religiosos, debido a los procedimientos y exigencias desde fuera.
La defensa de los tres religiosos objetará las decisiones del juez de Copacabana, Juan Arroyo, que dictaminó la detención domiciliaria para el hermano Juraj Vakberti, la fianza de 5.000 bolivianos para el padre René Vargas y la libertad provisional para el padre Elio Frías.
"La Iglesia es la primera interesada en el esclarecimiento de los hechos, la sanción a los responsables y la restitución de los objetos sustraídos", señala la comunidad al informar que la "Diócesis de El Alto se constituyó en parte denunciante y querellante".
El Guardián de la Basílica de San Francisco, Orlando Cabrera, lamentó los procedimientos que mantuvieron detenidos a los sacerdotes y las medidas cautelares que el Órgano Judicial dictaminó.
Con la certeza de que "no se puede presumir la responsabilidad de nadie", la abogada defensora, Cristina Rodríguez, aseguró que las decisiones del juez tienen mucho que ver con presiones externas y no se está procediendo a partir de la "verdad histórica del robo", pidiendo a la Policía que investigue.
Robo
Las investigaciones que se realizaron por el robo de las joyas, que los fieles devotos llevaron a la Virgen de Copacabana, ocurrido en la madrugada del lunes, se estableció que "cortaron los cables de todos los sensores de la alarma", por lo tanto, los ladrones sabían de la existencia de la seguridad, pero desconocían que estaba desconectado, dejó en claro el padre Cabrera.
Los ladrones ingresaron por el protón del garaje, utilizando la escalera de Entel, la misma que sirvió para llegar al camarín de la Virgen por la ventana de la parte trasera, abrieron la urna y sustrajeron todas las joyas, salieron por el mismo lugar por el que entraron.
"Dejaron la escalera en el lugar de su salida" y "en el lugar está la habitación del guardia". Lo que es sospechoso, pues, el robo se realizó y sólo se percataron los religiosos cuando se celebraba la Misa en el camarín.
"Los santuarios reciben ofrendas de gratitud por las bendiciones de manera permanente" y en "ningún momento son sometidas a una valoración económica", por lo que "las cifras económicas que se han difundido por los medios de comunicación no se ajustan a la realidad", señala el comunicado.
Dejando en claro que "no nos debe extrañar que nadie pueda establecer con certeza un valor económico", los franciscanos de Bolivia señalan que si bien se lamenta el valor material, pero "lo que más ha herido la sensibilidad y piedad religiosa de los fieles, dentro y fuera del país, es el sacrilegio cometido contra la imagen de la Madre del Señor".
Al puntualizar que la "comunidad franciscana tiene como principal misión el cuidado pastoral y espiritual del Santuario de la Virgen de Copacabana", aclaran que esta misión "tanto pastoral como creadora de patrimonio cultural no debe ser ignorada y mucho menos tergiversada".
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