La Iglesia Católica anunció ayer que evaluará sanciones contra el párroco de la Basílica de Copacabana, René Vargas, quien no dejó la clave para activar la alarma del templo. “La comunidad Franciscana, a la que pertenece el sacerdote, tendrá que establecer que sanciones se van a dar”, dijo Giovani Arana, de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB).
Afirmó que la Policía realiza un seguimiento sobre por qué la alarma del templo estaba desactivada. “Hubo cierta distracción que la tienen que explicar los responsables que tenían que activar la alarma”, sostuvo. La madrugada del lunes, un grupo de delincuentes ingresó a la basílica y robó 18 joyas de las imágenes de la Virgen y del Niño Jesús, de un valor aún no determinado, según Arana.
La representante jurídica de la CEB, Susana Inch, sostuvo que la Iglesia cooperará con la Policía para avanzar en las investigaciones. “Nos presentaremos como parte demandante por el delito de robo que fue agravado porque violentaron las estructuras”, anunció.
La Iglesia pidió ayuda al Estado para preservar el patrimonio nacional de los templos y contó que los que están ubicados en poblaciones alejadas carecen de un sistema de seguridad.
Agregó que la Iglesia hace todo lo posible para cuidar los templos, pero requieren el apoyo técnico y presupuesto para catalogar las piezas religiosas e implementar sistemas de seguridad. “No hay políticas concretas para implementar cámaras de seguridad y sólo se realizan instalaciones en los templos que tienen acceso para este tipo de proyectos”, dijo.
El ministro de Culturas, Pablo Groux, sostuvo que el Gobierno propuso a la Iglesia la aplicación de un protocolo de medidas de seguridad para cuidar los tesoros que guardan los templos.
Algunos detalles
Búsqueda El director departamental de la FELCC de La Paz, Julio Mariscal, informó que la Policía intensifica el control en la zona fronteriza con Perú para encontrar a los autores del robo de las joyas de la Virgen de Copacabana.
Datos En el lugar del robo la Policía colectó una escalera de ocho metros, con la cual los delincuentes habrían ingresado al santuario por el muro trasero de la basílica, hasta llegar al camerino de la Virgen y proceder al robo de 18 joyas de un valor incalculable.
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