viernes, 11 de diciembre de 2015

El pueblo cruceño lloró la partida del cardenal Julio

El cuerpo del cardenal Julio fue trasladado desde su residencia hasta la Catedral ayer por la mañana. Un ambiente de dolor envolvió el cortejo fúnebre que partió pasada las 8 de la mañana. Una persistente llovizna impidió que el féretro permanezca descubierto durante el recorrido que fue escoltado por miembros de la Iglesia, autoridades y el pueblo que dio el último adiós a su Cardenal.

El Cardenal dejó su hogar para siempre. Antes de las 8:30 de la mañana del jueves 10 de diciembre el cuerpo ya sin vida del cardenal Julio dejó su hogar. Un ataúd color madera, sencillo y con una cruz en la cabecera, contenía el cuerpo de Julio Terrazas, oriundo de Masicurí y que pasó a la historia por ser el único Cardenal nacido en Bolivia.

Sus vecinos con lágrimas en los ojos despidieron al prelado agitando pañuelos blancos, mientras que las autoridades acudieron algunos con prendas negras, como fue el caso de Angélica Sosa, presidente del Concejo Municipal, que estuvo acompañada de otros concejales, además de José Negrete, secretario de Seguridad Ciudadana, mientras que Kathia Quiroga, gobernadora en ejercicio; Rolando Aguilera, secretario de la gobernación; Paola Parada, secretaria de Educación y Cultura y otras autoridades de la gobernación, vestían camisas blancas.

Gómer Terrazas, hermano del Cardenal, y otros miembros de su familia, vistieron prendas negras.

Fue un cortejo fúnebre emotivo. La guardia municipal y la Policía nacional fue la encargada de brindar seguridad desde el inicio del cortejo fúnebre y durante el recorrido que fue por la calle Seminario, al salir de su hogar el ataúd fue cargado en hombros unos 50 metros hasta llegar al 2do anillo, donde la llovizna obligó a llevar el cuerpo sellado en una carroza. Ya en la avenida Cristóbal de Mendoza, dos motocicletas de la policía flanqueaban la caravana mientras hacían sonar sus sirenas. Un ómnibus de la gobernación recogió en este punto a los cardenales, monseñores y obispos que siguieron la carroza hasta llegar a la plaza.

La marcha continuó pasando por la avenida Beni, donde un grupo de mujeres con una bandera amarilla y blanca, colores del Vaticano, agitaron pañuelos blancos y entre lágrimas se despedían del Cardenal. El recorrido llegó hasta la rotonda del Cristo Redentor, donde más personas se integraron a esta despedida.
El grupo de personas subió por la avenida Monseñor Rivero hasta la plazuela del Estudiante, allí se dirigió a la calle Libertad, hasta llegar a la plaza 24 de Septiembre esquina Junín, donde el ataúd fue bajado y vuelto a cargar en hombros hasta ingresar a la Catedral. Algunos negocios cerraron sus puertas y oficinistas y trabajadores aplaudieron el paso del cuerpo. Otros registraron el evento con fotografías tomadas con teléfonos celulares.

El cortejo fúnebre ingresó a la plaza 24 de Septiembre por la acera sur del paseo principal, bordeando el edifico de la Brigada Parlamentaria, hasta llegar al atrio de la Catedral, donde se instaló un cerco metálico para impedir el ingreso desordenado de los asistentes. Una vez adentro de la Catedral, el ataúd fue llevado por el pasillo central hasta metros antes del altar, donde fue depositado en dos pedestales. Luego monseñor Sergio Gualberti dirigió una pequeña ceremonia para luego dar paso a que la población ingrese y se despida del Cardenal.

Ceremonia
Fue velado toda la noche en la capilla que hay en su domicilio

Luego de fallecer, el cuerpo del cardenal Julio Terrazas fue preparado, embalsamado y revestido con prendas cardenalicias de color blanco, que son las que lo acompañaran hasta su descanso eterno. Antes de la medianoche del miércoles el cuerpo fue colocado en la capilla personal del Terrazas, donde fue velado por monseñor Sergio Gualberti, que fue el primero en orar por el alma del prelado. Luego le siguieron Monseñor Aurelio y Braulio, además de otros miembros de la iglesia, que elevaron oraciones durante toda la noche, pidiendo que el Señor acompañe al "tata Julio", en su camino al reino del Señor. Los familiares no accedieron a esta ceremonia que fue solo para miembros del clero.

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