A los nueve años, Mateo Bautista García decidió que quería consagrar su vida a los enfermos. Fue uno de esos días que marcan tu destino para siempre. Su madre lo llevó a visitar a un pariente hospitalizado y supo lo que quería hacer de ahí en adelante.
La idea se le metió entre ceja y ceja "ya entonces daba señales de su carácter" y, dos años más tarde, al cumplir los 11, ingresó al Seminario Menor de los Religiosos Camilos.
Ese fue el principio de su opción por una misión pastoral que 44 años más tarde lo llevaría a encabezar una cruzada por la salud en Bolivia, a miles de kilómetros de Alba de Torres, su pueblo natal en Salamanca, España.
Corría el mes de junio del 2015 cuando irrumpió con su demanda: ¡10% para la salud! Su mensaje se volvió viral en las redes sociales y pronto alcanzó notoriedad en los medios de comunicación convencionales.
"Cuidar y enseñar a cuidar" es el carisma de los religiosos Camilos, donde fue ordenado sacerdote a los 25 años para luego seguir estudios en Teología Moral y Espiritual. Y lo puso a prueba a pie juntillas, en su labor pastoral, primero en Argentina y, luego, en Bolivia. Escribió 62 libros y cuentos para enseñar a la gente a tomar en serio su salud, a superar el duelo, a abandonar la tentación del suicidio, a cuidar de los enfermos, a conectarse con el mundo de la espiritualidad y a vivir las enseñanzas de la Iglesia.
El 10% para la salud no fue su primera campaña, años antes ya había denunciado la insensibilidad del poder y la indiferencia de la ciudadanía.
Estar cotidianamente consolando a los enfermos le hizo entender de diferente manera el sentido de la vida y de la muerte. Por eso un día se vistió de cebra y se lanzó a las calles de Santa Cruz para pedir a los conductores y peatones que respeten las señales de tránsito.
Estaba consternado con la historia de Jesús Gómez Cabrera, el niño que a los 6 años fue embestido por un motociclista y quedó varios meses en coma y con severas lesiones en la médula espinal. ¡Todo por no respetar las señales de tránsito!
No era de quedarse de brazos cruzados. Jesús se convirtió en una de sus causas y lanzó una campaña para construirle una casa y acondicionarla con una cama hospitalaria y un respirador artificial. Hoy Jesús tiene 11 años, pero ya no tiene a su lado al padre Mateo. (ANF)
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