jueves, 10 de diciembre de 2015

El día en que el padre Julio se convirtió en Cardenal

Ningún boliviano puede presumir haber llegado tan alto en la jerarquía de la Iglesia Católica. Ese privilegio está reservado solamente para Julio Terrazas Sandóval, aquel vallegrandino nombrado por Juan Pablo II como Cardenal el 21 de febrero de 2001.

Su entorno señaló entonces que un punto fundamental para su designación fue la participación y representación de la Iglesia católica en los conflictos sociales del 2000, donde la institución católica fue mediadora para lograr la paz. "Francamente no sabría decirle en qué se ha fijado el Santo Padre, papa Juan Pablo II, no sé si él habrá notado todas mis limitaciones pero si él piensa que podemos hacer algo, pues allí voy. No sé en qué faceta se habrá fijado... a lo mejor puede ser porque soy muy fuerte al hablar, soy muy claro, soy muy conciliador, no lo sé", señalaba Terrazas entonces en una entrevista con la Agencia de Noticias Fides.

Recibimiento apoteósico. Tras ser nombrado Cardenal, viajó hasta el Vaticano donde Juan Pablo II presidió el acto en el que fue ungido Cardenal. Retornó al país el 2 de marzo y tuvo un apoteósico recibimiento. En Viru Viru hubo un acto protocolar presidido por el entonces presidente, Hugo Banzer Suárez, horas después Terrazas presidió una misa multitudinaria en la Catedral. Dos cuadras a la redonda fueron cerradas para el acto y dos tarimas fueron puestas al sur y al norte de la plaza de armas para continuar después con una verbena popular.

Jornada maratónica. Las altas autoridades eclesiásticas estaban satisfechas y Terrazas dejó traslucir sus emociones y su buen humor pese a las 12 horas de vuelo y a las otras tantas que vivió este viernes desde su llegada al aeropuerto de Viru-Viru.

"Que la voz de Bolivia sea el cántico a la vida de los pobres que no quieren morir pobres, pero que quieren que la solidaridad y la justicia esté al alcance de todos. Esa es la voz que queremos llevar al Santo Padre y a las hermanas iglesias que peregrinan en todo el mundo", expresó Terrazas.

Una definición. "¿Cómo es verdaderamente su personalidad, su talante de pastor, su ser de hombre público? En pocas palabras: un hombre de fe, enamorado de la vida, de Jesucristo, de la Iglesia; que cree en el otro, sensible a los problemas del país, gran conocedor de la realidad eclesial; lector empedernido, cercano, sencillo y que confía en los jóvenes", escribió monseñor Braulio Saez sobre Terrazas en el libro Servidor de Todos.

Participación
Destaca su labor

Testimonio. "En medio de la conflictiva y tantas veces tumultuosa vida política del país, Monseñor Terrazas, como otros pastores de la Iglesia, estuvo siempre presente de manera activa y comprometida en la defensa de los derechos y los valores humanos, como fundamento de la vida social", indicó el obispo Fernando Aguirre.

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