El presidente de Cuba, Raúl Castro, elogió hoy al papa Francisco por "su sabiduría y su modestia", aseguró que lee "todos sus discursos" y dijo que "si sigue así", él mismo regresará a la Iglesia Católica.
"Yo volveré a rezar y regreso a la Iglesia, y no lo digo en broma", comentó el presidente cubano en una comparecencia ante la prensa junto al primer ministro italiano, Matteo Renzi, con quien se entrevistó después de mantener una audiencia privada con el papa.
Además, Castro prometió que asistirá "a todas las misas" que Bergoglio oficie durante su viaje a Cuba, previsto para el próximo septiembre, y recordó que él estudió en instituciones religiosas de jesuitas, la misma orden del papa Francisco.
No obstante, Castro precisó: "Soy comunista, del Partido Comunista Cubano" y ante la prensa destacó los "pasos importantes" que su formación ha dado en los últimos años.
El presidente cubano hizo estos comentarios tras la reunión de 55 minutos que mantuvo en el Vaticano con Bergoglio, a quien agradeció "su contribución al reacercamiento entre Cuba y Estados Unidos".
La reunión "estrictamente privada" entre ambos se anunció esta misma semana por sorpresa y después de confirmarse que el papa viajará a la isla caribeña en septiembre próximo, antes de trasladarse a Estados Unidos.
El Vaticano ha desempeñado un papel fundamental en el acercamiento entre Washington y La Habana anunciado a finales del pasado año.
En su comparecencia con Renzi ante los medios de comunicación Castro aludió a la presencia de su país en la lista de países que favorecen el terrorismo y a la próxima salida de esa clasificación tras el mensaje enviado por el presidente Barack Obama el pasado abril al Congreso de EE.UU.
Pero el presidente cubano declaró: "nunca tendríamos que haber sido incluidos en esa lista de países terroristas. Quizás el próximo 28 de mayo el Senado de los Estados Unidos nos sacará de esa famosa lista", comentó.
Castro aludió además a las relaciones entre la Unión Europea y su país, a la "posición común" de los Veintiocho sobre la isla, vigente desde 2003 y aseguró: "debemos aprender a vivir con nuestras diferencias".
Por último, el presidente cubano admitió que su país está "intentando llevar adelante la mejora" de su "sistema político, social y cultural, pero es muy difícil hacerlo sin shock, sin dejar a nadie en el camino".
El presidente cubano no respondió a preguntas de la prensa y lo justificó en que su agenda en Roma no lo permitía ya que tenía que regresar a su país para recibir al presidente francés, François Hollande, que visitará Cuba desde mañana, lunes.
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