Cientos de devotos del mártir salvadoreño Óscar Arnulfo Romero iniciaron ayer una procesión en la capital de El Salvador, en el marco de las actividades previas a la beatificación, hoy, del asesinado monseñor.
La marcha comenzó a las 17:00 hora local en la Plaza Cívica, frente a la Catedral Metropolitana, pero debió detenerse apenas 15 minutos después debido a la fuerte lluvia acompañada de tormenta con intensa carga eléctrica. Unos 40 minutos después reinició la procesión pese a la lluvia pero aprovechando que disminuyó su intensidad.
Estaba previsto una homilía a cargo del cardenal Óscar Andrés Rodríguez de Madariaga.
Tras la ceremonia religiosa, comenzó una vigilia en el mismo lugar, desde el que los asistentes caminaron hasta la plaza de El Salvador del Mundo, donde hoy en la mañana tendrá lugar la beatificación.
Se espera la presencia de cerca de 300.000 personas en el acto de beatificación, programado para las 10:00 hora local (16:00 GMT) de este sábado.
PRESIDENTE El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, manifestó ayer al enviado especial del Papa a la beatificación de monseñor Romero en El Salvador, el cardenal Angelo Amato, que "lo que parecía imposible se hizo posible".
El monseñor Romero, la "voz de los sin voz", como era conocido por su cercanía con los pobres, será beatificado este sábado en una multitudinaria ceremonia en El Salvador.
Cuando aprobó su beatificación, la Congregación para las Causas de los Santos dictaminó que fue asesinado por odio a la fe.
Sánchez Cerén recibió ayer en la Casa Presidencial a Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, acompañado del postulador de la causa de Romero, Vicenzo Paglia.
Durante el encuentro, hablaron sobre los pasos siguientes para la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero (1917-1980) y el inicio del proceso de beatificación del padre Rutilio Grande, según un comunicado de la Presidencia.
El jefe del Estado trasladó al cardenal el "sentimiento" del pueblo salvadoreño que "está lleno de alegría y felicidad" y "su corazón se ha llenado de esperanza".
El Mandatario salvadoreño también hizo entrega de una imagen y una estatuilla de monseñor Romero al cardenal Amato, informa la nota del Gobierno salvadoreño.
Monseñor Romero fue asesinado el 23 de marzo de 1980 en San Salvador cuando oficiaba misa en la capilla de un hospital para enfermos de cáncer.
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