lunes, 18 de mayo de 2015
Convento de San Franciso cumple 409 años de fundación en Tarija
El convento franciscano de Tarija se fundó el 18 de mayo de 1606 en la pequeña Villa de San Bernardo de la Frontera, fundada por Luis de Fuentes en 1574. Para esta fundación la población tarijeña elevó una petición formal a las autoridades civiles y religiosas de Charcas. Para tener un convento franciscano en la ciudad, la población, en un cabildo, se comprometió a solventar la obra de construcción y a la manutención del mismo.
El convento inició con un número reducido de franciscanos dedicados a la vida ascética y espiritual, influenciados por la vida ejemplar del primer Guardián, el P. Fray Antonio de San Buenaventura, proveniente de la noble familia de los Sandovales del Cuzco. Hasta 1755 los franciscanos se dedicaron al acompañamiento espiritual de los fieles y por medio de las “capellanías” a la predicación en las fincas de la región.
Como parte de una renovación misionera de la Orden Franciscana en América, que buscaba revitalizar el carisma misionero franciscano, se crearon los Colegios de Propaganda Fide, el primero fue el Colegio de la Santa Cruz de Querétaro, en México, por el P. Fray Antonio Llinás en 1682.
Esta renovación misional llegó a la Provincia Franciscana de San Antonio de los Charcas, en 1755, cuando se elevó al convento de Santa María de los Ángeles de Tarija al rango de Colegio de Propaganda Fide, el cual tuvo una vida activa en las misiones chaqueñas hasta 1918, año en que concluyó su actividad para dar paso a la creación del Vicariato del Chaco, erigido en 1819.
El objetivo de la misión del Colegio de Propaganda Fide de los franciscanos, anota fray Antonio Comajuncosa, “... ganar almas para Dios... sembrar las virtudes en la mies del Señor... y hacer el oficio de los santos apóstoles”. Todo esto en la lógica de la construcción de una iglesia apostólica y pobre, como en los primeros tiempos del cristianismo articulado desde el ideal franciscano. Este objetivo guió la vida y formación de los religiosos en las ciencias teológicas, en las artes y en los métodos misionales. El fruto de este trababajo fueron las misiones fundadas en la Cordillera Guaraní, tanto en el periodo colonial, como en el republicano.
En el Siglo XIX, tras las guerra de la independencia, el P. Andrés Herrero, “Prefecto de todos los Colegios de la América Meridional”, nombrado por el Papa Gregorio XVI liderizó esta renovación misional desde Tarija. Hasta 1918 los franciscanos de Tarija se dedicaron plenamente a las misiones y a la defensa de los indígenas ante la expansión territorial del estado.
El desafío de la transformación social e ideológica a fines del siglo XIX no eran indiferentes en la sociedad de Tarija, estaba en tensión por el secularismo y el anticlericalismo. Ante estas situaciones los franciscanos asumieron una presencia católica desde una institución de servicio caritativo denominada “Obras Antonianas“ funda por el P. Buenaventura Lolli, esta institución se inspiró en la encíclica “Rerum Novarum“ de León XIII (1891).
De esta manera asumían los franciscanos una nueva pastoral urbana que tuvo destacadas acciones: una voz católica por medio del periódico el “Antoniano”, desde 1896, la librería, desde 1903, la educación con el Colegio Antoniano y la escuela nocturna para artesanos, desde 1912 y desde 1938 se edita la “Hoja Dominical“ para el servicio litúrgico.
Desde 1606 hasta nuestros días los franciscanos están presentes en la ciudad, acompañando la vida de la ciudadanía de Tarija desde el Centro Eclesial de Documentación CED, la Fundación P. Calzavarini, la Librería, herencia de las Obras Antonianas, y en especial desde la Parroquia San Francisco.
(Texto: Dr. Theol. Manuel Gómez Mendoza. Fundación Cultural P. Lorenzo Calzavarini “Raíces TARIXA”)
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