miércoles, 7 de enero de 2015

El árbol que reflejó la imagen de Cristo se mantiene de pie



Un domingo de octubre del año 2002 por la noche, la calma característica del florido barrio El Molino, en la ciudad de Tarija, fue interrumpida por una multitud de personas, que conmovidas por su fe se apostaron sobre la calle Sevilla, entre Bolívar e Ingavi, para observar lo que aseguraban era la imagen de Cristo, aparecida en el tronco de un árbol.

El primero en percatarse de la imagen fue uno de los vecinos del barrio, Reinaldo Rivero, quien cuando volvía a su casa miró hacia arriba y se encontró con la imagen en una parte del árbol donde se desprendió la corteza, dejando al descubierto la imagen de Cristo y al lado derecho la de su madre, la Virgen María. Inmediatamente llamó a su familia para que viera esto, luego a unos vecinos, y en pocas horas eran centenares.
Frente a esta inexplicable aparición, que provocó enorme afluencia de gente, el entonces Obispo de la Diócesis de Tarija, Ademar Esquivel, ofreció una conferencia de prensa para dar a conocer la posición de la Iglesia Católica que respondió con un rechazo a esta aparición.
En la oportunidad, el obispo dijo que tal vez lo hizo un escultor o un carpintero. “Esto no se sabe, pero Cristo vivo está presente en cada uno de los seres humanos. Jesús no vino a exhibirse, sino vive con el hombre, ha venido para salvar al hombre y eso es doctrina de la iglesia”, dijo. Señaló además que alguien estaba jugando con la fe sencilla de los tarijeños.
Sin embargo, esto no impidió que el lugar se convirtiera en un santuario, al menos por unos años. Desde ese domingo permaneció intransitable, pues por mucho tiempo decenas de personas venían a observar la imagen del Cristo en el árbol. La gente llegaba al lugar con flores y velas.
Han pasado ya 12 años, la familia Rivero que fue la primera en advertir, lo que posteriormente la gente definiría como “milagro”, ya no vive en este barrio porque según los vecinos se fueron a radicar a la República Argentina. Hoy pocos recuerdan el hecho y ya casi nadie deja una vela o una flor ante este improvisado santuario.
La vieja corteza aún deja ver algunos resquicios de una imagen, aunque no en forma clara. Los vecinos de El Molino aseguran que es de Cristo; al lado derecho hay una corteza dañada, al parecer por el filo de un fierro, en ese espacio se habría encontrado la imagen de la Virgen María.
Una antigua vecina de este barrio, Sandra Saucedo, recuerda que la incomprensible aparición fue considerada por los vecinos y la población tarijeña como un milagro, aunque las autoridades de la Iglesia Católica hayan rechazado que se tratase de una aparición divina.
Otro vecino, que se identificó como Pánfilo, una persona de la tercera edad que apacible descansaba en una banca de la plaza Uriondo, recordó que en ese entonces cientos de creyentes llegaron al lugar para ver la imagen de Cristo que apareció en el árbol.
Para el presidente de la junta vecinal del barrio El Molino, Rubín de Celis, este hecho marcó la historia de uno de los primeros barrios de la ciudad. Por testimonios de los testigos, dijo el dirigente, esa tarde de la primera semana de octubre llovió, como preludio a lo que sería la fiesta de la Virgen del Rosario, que se recordaría los siguientes días.
“Como eran las primeras lluvias, escucharon un trueno fuerte y comenzó a llover. Pasado el aguacero y como es costumbre los vecinos salieron a las puertas de sus casas para ver cómo quedó la calle por el paso de las aguas”, rememoró Rubín de Celis.
Recuerda que los vecinos se sorprendieron con un montón de gajos volteados en la acera, y en la parte superior del árbol antiguo vieron una imagen con el rostro de Cristo, acompañado de la Virgen. Añadió que llamaron a otros vecinos y desde ese día se comenzó a colocar flores, mantener y cuidar ese espacio.
Sin embargo, aseguró el dirigente que años después, “personas no gratas, a quienes no les gustó la visión de la imagen de la Virgen y de Dios, fueron al lugar para pintarla de color y borrajear los retratos tallados por el suceso”, dijo.

El árbol es conservado
Pese a esos acontecimientos los vecinos mantienen el árbol, como asegura Saucedo. “De vez en cuando van algunas personas creyentes y le ponen flores y velitas. Los vecinos mantenemos el árbol, que forma parte de lo que es la tradición e historia del barrio”, afirmó.
“Bienvenido si Dios está en El Molino, nos sentimos protegidos, más en los días de la aparición que es la fiesta del Rosario y el día del barrio. Por eso mismo nosotros cuidamos a nuestro árbol y lo mantenemos como una creencia de Dios”, sostiene emocionado el dirigente vecinal, Rubín de Celis, quien asegura que el árbol es también cuidado por personal de la brigada barrial, que efectúa rondas por la zona en distintos horarios.

Representación de fe del pueblo católico tarijeño

Fe y religiosidad
Vecinos manifiestan que la aparición fue un milagro para que exista más unión entre los tarijeños. El acontecimiento es relacionado con la fe y religiosidad de la fiesta del Rosario, que se conmemora en octubre, y para reforzar la esperanza frente a los conflictos que se suscitan en el mundo.

Revertir los daños
El viejo y cansado árbol deberá recibir la atención de las autoridades del municipio para revertir el daño producido por el transcurso de los años. Corresponderá el cambio de losetas que se encuentran levantadas por las raíces y colocar el árbol en posición, y a la postre rodearlo de vegetación.

Sin flores ni velas
La aparición de las imágenes de Cristo y de la Virgen desató la esperanza y la fe de los creyentes católicos. Ahora la corteza del árbol luce dañada y ya no se encuentra rodeada de ramos de flores ni velas encendidas. Pero el árbol se mantiene de pie.

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