domingo, 25 de enero de 2015

Alquilan a santo para identificar al ladrón e impartir justicia

Resguardado por cuatro muros, cada uno de casi un metro y medio de grosor, se encuentra un santo que en el municipio de Santiago de Huata (La Paz) adquirió más credibilidad que la misma Policía. Según los pobladores, él es el único que no solo da con el autor de un delito, sino que además le aplica justicia.

Su nombre, Justo Juez, sintetiza los "intachables" veredictos que emite este santo al momento de señalar al culpable de un robo, maldición o cualquier otro delito.

Sin embargo, obtener “el fallo” del Justo Juez no es cosa sencilla. Por este motivo las familias del municipio de Santiago de Huata optan por alquilarlo y ofrecerle un ritual.

Víctor Apaza, el responsable de la parroquia Virgen de la Natividad, nombre de la edificación religiosa donde mora el Justo Juez, revela que la agenda del santo justiciero es bastante copada. Solo en épocas bajas la imagen sale de la parroquia hasta ocho veces al mes para visitar diversas viviendas y dictar sentencias.

Los que lo alquilan habitualmente son víctimas de robos que pagan un monto económico voluntario para llevárselo a sus casas por tres días como máximo.

Una vez que la víctima acomoda al Justo Juez en su casa, reúne a todos sus parientes y organiza una velada que suele prolongarse hasta por más de 10 horas continuas y diarias.

En el ritual, un elemento importante son las velas, pues a través de ellas se manifiesta el santo justiciero.

Según Apaza, el ritual empieza con el encendido de velas, una por cada persona sospechosa.Tras esto, inmediatamente las oraciones colectivas comienzan.

A medida que pasa el tiempo, las velas que simbolizan a los posibles autores del delito se consumen y van tomando misteriosas formas que un experto, habitualmente un comunario de la tercera edad, debe interpretar.

“Clarito la vela de la persona que es culpable se chuequea”, reveló Víctor Apaza, a tiempo de indicar que ésta es la forma en la que el Justo Juez señala al culpable.

Sin embargo, el “trabajo” que se le encomienda al Justo Juez no termina ahí. Lo que sigue es el castigo.

Habitualmente, la persona a la que apuntó el santo sufre alguna desgracia, se enferma, pierde a su ganado o, en el peor de los casos, muere, según testimonios recogidos en la comunidad.

“Da resultado. La mayoría de la gente cuando no encuentra justicia en la Policía, se lleva al Justo Juez y halla la verdad”, dice Víctor Apaza.

SOLICITADO

Estos “milagros”, que según las víctimas son obra y gracia del Justo Juez, han hecho que la fama del santo rebase las fronteras del municipio.

Hace algún tiempo había gente que llegaba desde Yungas para alquilar al santo justiciero, sin embargo, hoy en día los responsables del templo ponen bastantes condicionantes a los que pretenden llevárselo muy lejos. Esto debido a que en uno de esos largos recorridos el Justo Juez se extravió, pero afortunadamente lo encontraron.

MALDICIONES

Justo Juez también es solicitado por aquellos yatiris del municipio que pretenden liberarse de maldiciones.

Supuestamente el santo tiene el don de hacer que una maldición rebote, es decir, “que a tu enemigo le llegue todo lo que te ha deseado”.

En algunas ocasiones a la parroquia Virgen de la Natividad también han llegado solicitudes de alquiler por parte de brujos.

Según Víctor Apaza, siempre se les niega el pedido, esto debido a que usan el santo con fines negativos.

Amarres, embrujos e incluso magia negra es lo que pretenden hacer los magos con ayuda del santo.

FIESTA PATRONAL

En vista de que son muchas las bendiciones que el Justo Juez da al municipio de Santiago de Huata, sus pobladores le rinden pleitesía una vez al año, el 3 de mayo.

Fraternidades folclóricas y bandas protagonizan la fiesta patronal del Justo Juez.

HISTORIA

Pero ¿Cómo llegó a manos de los pobladores de Santiago de Huata el Justo Juez?

Cuenta la historia que cierto atardecer, una pareja oriunda de Santiago de Huata salió a arar sus tierras.

Mientras los dos cumplían con su jornada laboral, un eclipse solar oscureció todo, lo que les obligó a correr de inmediato a su vivienda. El susto hizo que olvidaran su arado plantado en el terruño.

Al día siguiente, cuando volvieron a sus plantaciones encontraron en lugar de su arado una enorme cruz en la que estaba grabada la imagen de Jesucristo.

Desde entonces el santo es llamado Justo Juez o Señor de la Cruz.

Los responsables de la parroquia Virgen de la Natividad no tienen el dato exacto de cuánto tiempo de antigüedad tiene el Justo Juez.

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