viernes, 1 de julio de 2016
Turrón de maní, arte de las hermanas concepcionistas
Alejadas de todo bullicio y enclaustradas en un edificio ubicado al ingreso del barrio 15 de Noviembre, frente a la zona del mercado Campesino, se encuentran las Hermanas Concepcionistas del Claustro. Cinco mujeres que conviven dedicando su vida a Dios y orando diariamente para el bienestar de todas las personas.
Se trata de un grupo de mujeres sobre el cual no se sabe mucho, sobre todo porque dentro de su modo de vida está el salir muy poco a la calle; sin embargo y pese a ese distanciamiento con la actividad social, los turrones de maní que elaboran para recaudar algo de dinero han traspasado las fronteras.
Rafael es un paceño, visitante asiduo de Tarija, quien cuenta que probó por primera vez los turrones de las monjitas hace cuatro años atrás cuando un amigo suyo le invitó seis unidades.
“Cuando los probaron, allá y acá tuvieron éxito. Desde entonces, junto al jamón, nueces y vino, me los encargan cada vez que voy por allá”, cuenta. Añade que las últimas veces que quiso comprar este producto ya no lo encontró, porque le dijeron que se había vendido todo.
Antes de esta versión, las hermanas del convento desconocían la popularidad de sus turrones y por ese mismo motivo preparaban muy ocasionalmente este producto, en pequeñas cantidades que no pasaban de las 60 unidades.
De hecho, son sólo cuatro veces al año las que se pueden comprar los turrones de las monjitas, que por lo general son en fechas religiosas, Navidad, Pascua y otras. Sin embargo, resaltan que hay otras fechas no definidas en las que también se pusieron a elaborar este producto.
“Hacíamos en realidad en navidades para regalar a unas amistades, sacerdotes, era sobre todo para tener un detalle, pero después nos pidieron algunas personas que hagamos y así empecé a hacer más cantidades. Ya cuando me salían bien sacamos a la venta y este año sacamos recién a un punto Entel, en donde se vendió bien. Es una manera de ayudarnos de vez en cuando”, cuenta la abadesa o hermana superiora del convento, Lucía Portal.
Ella es la impulsora de esta actividad en el convento y cuenta que comenzó a elaborar este producto debido a que cuando ella iniciaba su vida religiosa, un sacerdote de nombre Eugenio se fue de vacaciones a España, y a su retorno trajo consigo una caja de turrones españoles que le invitó y le gustó mucho a la hermana.
“Yo esperaba que el padre fuera otra vez a España, pero no fue así. Hasta que un día encuentro en un libro de recetas turrones a lo español, por lo que empecé a hacer a ver si me salen. Como aquí no había almendra y además que sale muy caro, entonces decidí hacerlo con maní. Empecé a hacer y primero me salía mal, mal, y lo hacía para las navidades”, recuerda la hermana Lucía al precisar que esto fue hace más de 30 años atrás.
Pasó el tiempo y la perseverancia, por lo que la hermana Lucía junto a sus colaboradoras perfeccionaron su receta y así, varias personas terminaron pidiendo encargos específicos de turrones a las religiosas. Luego decidieron hacer más para vender y hace unos meses atrás recién, decidieron poner su producto a la venta en un puesto fijo, un céntrico punto Entel, que vendió todo el producto que tenía de manera rápida.
Otras actividades
La hermana Rosmery Ibañez, segunda en el convento (Vicaria), explica que los turrones que venden son elaborados de manera artesanal y sin ningún tipo de conservantes, incluso con productos que ellas mismas cosechan como la miel de abeja y el maní. Los turrones tienen además otros ingredientes como el azúcar y el huevo.
A esto, informa que no se trata de la única actividad que realizan para recaudar dinero y aclara que tienen otras iniciativas para este cometido, entre las que destacan: elaboración y venta de hostias, bordados de túnicas y manteles, además de dedicarse en menor escala a la actividad agrícola. Cuenta que hasta el año pasado su principal actividad económica era la venta de leche, empero el año pasado se murió su última vaca y así expiró este negocio.
“Vendíamos bastante, un promedio de 20 a 30 litros por día de leche entregábamos. Había alguna vez que vendíamos hasta 50 litros; esa era nuestra principal fuente de ingresos”, recuerda la hermana Portal.
Sobre las hostias y los bordados, ellas son las responsables únicas en todo el departamento y cuentan por ejemplo que al mes deben elaborar cerca de 1000 hostias y si se trata de los bordado, éstos no son de muy buena calidad.
Consultadas sobre el porqué de la necesidad de realizar este tipo de actividades para recaudar fondos, ambas cuentan que es necesario ya que su convento es autónomo, no reciben dinero de la iglesia y necesita generar su propio movimiento económico para poder sostenerse.
Convento
Ante la pregunta ¿Qué es esto? ambas explican que el convento es la casa de Dios, Jesús y María Virgen, en el que cada día se encuentran con Dios debido a un “llamado” que sintieron un día y por el cual decidieron dejar la vida “normal”.
Afirman que ser una monjita no es fácil e implica muchas restricciones, pero a la vez permite vivir en plenitud al reencontrarse con Dios. Según recuerdan, el lugar tiene espacio para 30 personas bien sentadas y seguras, empero ahora conviven tan sólo cinco las hermanas, mismas que hacen todo el trabajo, para poder vivir como lo hacen ahora.
“Una muchacha que entra debe aprender muchas cosas, no solo materiales. Por ejemplo, no salimos; lo nuestro es la oración y la contemplación. Una joven que viene del mundo acostumbrada a muchas cosas, el ruido, no sabe hacer una oración y por eso, nosotros tenemos que enseñar todo eso, capacitarlas a vivir adentro, como a relacionarse con Dios”, finaliza.
“Estamos pocas y sería el momento de despertar a la conciencia y buena voluntad de la juventud. Que se animen a esta vida, que es una vida que engrandece como humano y hace muy universal, te libera del egoísmo, porque las personas buscan por lo general su propia satisfacción; en cambio nosotras buscamos que se sientan las personas muy valiosas”, sostienen.
Finalmente, las hermanas del convento dijeron sentirse muy alagadas por la información brindada acerca de la aceptación de la gente hacia su turrón y prometieron ampliar su producción. Instaron a quienes quieran probar el producto, pasen por el convento.
ADEMÁS DE PREPARARSE ESPIRITUALMENTE ELLAS HACEN OTRAS ACTIVIDADES
Hermanas
En el convento preparan a las mujeres que sienten la vocación de servir a Dios en un periodo de seis años, aproximadamente. Una vez que transcurre este tiempo y las postulantes pasan las pruebas, se hace una consagración solemne y se las incorpora al resto de la comunidad.
Hostias
El convento fue fundado el 3 de octubre de 1976 y este año, en el antepenúltimo mes de la presente gestión, cumplirá 40 años de vida. Las hermanas de este lugar son las encargadas de elaborar las hostias para todas las iglesias de Tarija.
Bordados
Debido a que cuentan con una máquina computarizadas que realiza bordados, son las encargadas de bordar las túnicas y manteles que se utilizan en todas las iglesias de Tarija. Esto no representa un ingreso significativo para las hermanas del convento de clausura
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