El Vaticano publicó ayer un conjunto de normas para considerar verdaderas las apariciones, entre las que destacan la necesidad de comprobar
el estado psíquico de la persona y que detrás no se esconda un afán de lucro.
Se trata de las "Normas para proceder a discernir supuestas apariciones y revelaciones", aprobadas por la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1978, que estaban en latín y ahora han sido publicadas en diferentes idiomas, ante la proliferación de supuestas apariciones de la Virgen.
Las normas van precedidas de un prólogo a cargo del cardenal prefecto de ese dicasterio vaticano, William Levada, quien señaló que es necesario ayudar a los fieles a distinguir bien la Palabra de Dios de las revelaciones privadas.
"El valor de las revelaciones privadas es esencialmente diferente de la única revelación pública (la venida de Cristo): esta exige nuestra fe", afirmó Levada.
Precisó que, cuando una revelación privada aleja a la persona de Cristo, "entonces no procede del Espíritu Santo".
Levada manifestó que la revelación privada "es una ayuda para la fe y su mensaje no contiene nada que contraste con la fe". "La revelación privada es una ayuda que se ofrece, pero que no es obligatorio usar", puntualizó el cardenal.
El documento subraya que hoy más que nunca, debido a los medios de comunicación, las noticias sobre apariciones se difunden rápidamente, lo que obliga discernir con rapidez sobre la materia.
Sin embargo, añade, la exigencia de una investigación científicamente crítica hace más difícil o casi imposible emitir un juicio con la debida rapidez.
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