“Hay corrientes foráneas que van en contra de la familia, porque pretenden equiparar con el matrimonio la unión de personas del mismo sexo. Es una propuesta errónea e injusta, porque el matrimonio es una institución esencialmente heterosexual”, destaca el documento de cierre de la XCII Asamblea Anual de Obispos.
Uno de los colectivos de GLBT (Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales) logró que el proyecto de ley sobre la unión entre parejas del mismo sexo sea analizado por el Legislativo, el documento se encuentra actualmente en la Comisión de Derechos Humanos.
Sin embargo, la Iglesia criticó la propuesta y aseveró que cualquier modalidad de celebración y vivencia de pareja distinta al matrimonio entre el hombre y la mujer, “no tiene valor para los fieles católicos y la Iglesia”. En una homilía, el cardenal Julio Terrazas dejó en claro que se trata de un “tema ajeno” para la cultura católica y pidió a los sacerdotes transmitir las “enseñanzas de Jesucristo”, que avalan la unión heterosexual.
El catolicismo también rechazó la certificación de un ‘matrimonio libre’ previo a la unión civil y religiosa, que plantea el proyecto de ley de la Organización de Liberación de Esposos Oprimidos (OLEO), con el propósito de evitar divorcios en lo futuro.
“No estamos de acuerdo con la convivencia, debe haber respeto a la mujer y el hombre. Antes de contraer matrimonio, la pareja debe prepararse en los cursos prematrimoniales, donde se le enseña desde la parte espiritual y psicológica, para que ambos conozcan la responsabilidad de la unión”, dijo el sacerdote de la Pastoral Familiar, Carlos Salces.
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