El Vaticano publicó ayer un conjunto de normas para considerar verdaderas las apariciones, entre las que destacan la necesidad de comprobar el estado psíquico de la persona y que detrás no se esconda un afán de lucro.
Las normas van precedidas de un prólogo a cargo del cardenal prefecto de ese dicasterio vaticano, William Levada, quien señaló que es necesario ayudar a los fieles a distinguir bien la Palabra de Dios de las revelaciones privadas. "El valor de las revelaciones privadas es esencialmente diferente de la única revelación pública: esta exige nuestra fe", afirmó.
Precisó que, cuando una revelación privada aleja a la persona de Cristo, "entonces no procede del Espíritu Santo".
Dijo que la revelación privada "es una ayuda para la fe y su mensaje no contiene nada que contraste con la fe".
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