La Santa Misa de ayer domingo, sexto luego de la Pascua (paso de la muerte a la vida de Jesucristo) invita a que esta semana laboral que comienza una vez más con problemas sociales en el departamento y en el país, los católicos produzcan fruto de la Palabra de Dios, principalmente con el mandamiento que dice "ámense los unos a los otros".
Esta reflexión producida en los templos de la ciudad, consignada en la lectura del Santo Evangelio de San Juan, capítulo 15, versículos del 9 al 17, incluida en el Nuevo Testamento, resultó por demás apropiada respecto al tenso escenario de conflictos sociales que atraviesa el país, realidad de la que no escapa Oruro.
El texto del Evangelio de San Juan invita a los cristianos a contemplar la vida del Resucitado en nosotros, en la vida comunitaria, en la vivencia de la voluntad de Dios, en la fidelidad a sus mandatos, priorizando el amor al prójimo, hechos que en la actualidad son disminuidos y en algunos casos anulados por completo.
Partes importantes extractadas del Evangelio de San Juan señalan textualmente: "En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo que yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. No sois vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto dure. De modo que lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dé. Esto os mando: que os améis unos a otros".
En este sentido el seguimiento de la Palabra de Dios y por ende a Cristo que no se traduce en fidelidad, en amor mutuo, en entrega, resulta un seguimiento teórico y falso. ca
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