Su superiora le pidió que escribiera el nombre de Juan Pablo II sobre un papel y el resultado fue un garabato. Era de esperarse. La hermana Marie Simon-Pierre asegura que padecía la misma enfermedad degenerativa que afectó por años al fallecido papa: Parkinson.
“Juan Pablo II no ha dicho su última palabra”, relata que le garantizó la madre superiora. Cuenta que poco después, al regresar a su habitación, sintió el deseo de escribir de nuevo. Ahí le llegó la sorpresa: el resultado fue una escritura perfectamente normal. Era el 2 de junio de 2005, dos meses después de la muerte de Juan Pablo II.
“Vi que mi mano se deslizaba sobre la hoja de papel sujetando el bolígrafo, cuando antes no conseguía escribir ni una línea ni agarrar el bolígrafo”, asegura. Durmió y, en la mitad de la noche, dice que despertó de repente y se sintió “completamente transformada”. Empezó a rezar.
“Me di cuenta de que mi cuerpo ya no era el mismo. Estaba convencida de mi curación. Le dije a una de mis hermanas: Mira, mi mano ya no tiembla, Juan Pablo II me ha curado”.
TOTALMENTE SANA
La religiosa francesa, integrante de la Congregación de las Pequeñas Hermanas de las Maternidades Católicas, dedicada al servicio de mujeres embarazadas y niños recién nacidos, afirma que, desde entonces, no ha vuelto a consumir medicinas y que un neurólogo constató “con sorpresa que todos los signos de la enfermedad de Parkinson habían desaparecido”.
Desde que asegura haber recibido el diagnóstico, en el 2001, cuenta que la enfermedad avanzó con prisa. Los síntomas empeoraron y en poco tiempo le era casi imposible conducir, tenía dificultades para caminar y no controlaba los movimientos del brazo izquierdo. Era zurda.
Relata que ella y las otras monjas de su comunidad rezaban a Juan Pablo II. “Todo lo que puedo decirles es que estaba enferma y ahora estoy curada. La Iglesia es quien debe decir y reconocer si hubo un milagro”.
¿Pero algo aparentemente inexplicable puede ser considerado un milagro? Enseguida surgieron preguntas sobre si el diagnóstico inicial de Marie Simon-Pierre fue correcto. Sin embargo, la Congregación para la Causa de los Santos dijo que los médicos -designados por el Vaticano- estudiaron “escrupulosamente” el caso y determinaron que esta cura carecía de una explicación científica.
Se esperó el dictamen de una comisión conformada por médicos, teólogos y cardenales, todos designados por el Vaticano. Los integrantes debían certificar no sólo que la curación de la religiosa fue un milagro, sino una intercesión de Juan Pablo.
La hermana confiesa que, como Juan Pablo II padecía su misma enfermedad, aunque en un estado más avanzado que el de ella, le era difícil verlo en televisión porque se veía a ella en el futuro. “Para ser honesta, me veía en silla de ruedas”.
“Me es difícil explicarlo con palabras. Fue demasiado fuerte, demasiado grande, un misterio. Juan Pablo II me curó. Fue obra de Dios, gracias a su intercesión”, comenta la religiosa.
El padre Luc-Marie Lalanne, quien condujo la investigación en la arquidiócesis de Aix-en- Provence, informó que un psiquiatra y tres neurólogos testificaron que no podían explicar la recuperación de la monja.
COMISIÓN EVALUADORA
Los médicos de la denominada Congregación para la Causa de los Santos, con sede en Roma, aprueban o desechan los supuestos milagros. Su trabajo no ha estado exento de cuestionamientos. Se los ha llegado a calificar como la “fábrica de santos”, a lo que el Vaticano ha respondido que los “santos existen y no se fabrican”. Sólo hasta el 2008, esta Congregación tenía pendientes de revisión unas 2.200 causas de beatificación.
El propio Juan Pablo II “nombró” a 483 santos y 1.338 beatos, más que todos sus predecesores juntos. Entre ellos consta el español Josemaría Escrivá de Balaguer (1902-1975), fundador del Opus Dei, la más influyente organización católica del mundo y una de las más conservadoras.
Esta canonización causó polémica dentro y fuera de la Iglesia, no sólo por la rapidez con la que se estudió su causa (11 años en vez de los 20 o más de la mayor parte de los beatos en ese tiempo), sino también por la supuesta cercanía de Escrivá de Balaguer con el dictador Francisco Franco (1939-1975), algo desmentido por sus seguidores.
Además, el fallecido papa ya había elevado al Opus Dei al grado de “prelatura personal”, lo que significa que la organización pasa a tener el poder de una diócesis, y entre sus cercanos colaboradores (como el español Joaquín Navarro Valls, quien fue el jefe de prensa del Vaticano por más de veinte años) se contaban miembros de este grupo.
Sin embargo, el Vaticano siempre ha defendido que sus procesos de beatificación y canonización pasan por muchas etapas, en las que intervienen varias comisiones científicas.
Frase.
El médico se quedÓ SIN HABLA
“Cuando fui a ver a mi neurólogo, me miró y me dijo: “¿qué sucedió, has tomado dosis dobles de tus medicamentos de dopamina?” "No, doctor", le dije, "ya los suspendí por completo", cuenta Marie Simon-Pierre.
Obra.
Testimonio de vida hna. Marie Simon Pierre "Juan Pablo II me curó. Fue obra de Dios, gracias a su intercesión". Cuando murió, sentí que había perdido a un amigo
No hay comentarios:
Publicar un comentario