La espera había terminado. A las 23.00 del domingo 8 de mayo, un repicar de campanas anunciaba el regreso de Ma. Sma. de la Natividad y su milagrosa imagen de Chuchulaya a su lugar de origen. Lucía reluciente. Había dejado atrás los daños del encierro y el olvido.
El lienzo de 283 cm x 207 cm y fechado en 1732 retrata a la llamada Virgen de los 10 milagros, patrona del municipio de Chuchulaya, ubicado en la provincia Larecaja, al norte del departamento de La Paz.
La obra de autor anónimo dejó su recinto, la iglesia del pueblo, en diciembre de 2009 para participar de la megaexposición “Principio Potosí”.
Entonces, una comisión de técnicos del Ministerio de Culturas, representantes de la Embajada de España y personal especializado en embalaje la recogieron para transportarla a los talleres de restauración de la entidad gubernamental, en la urbe paceña.
La refacción era necesaria. La pieza fue víctima del tiempo y de la manera en que fue guardada: enrollada en una cubierta de plástico dentro de un cuarto húmedo y polvoriento.
Reparar la única pieza prestada por una iglesia del área rural para la muestra de arte demoró tres meses, hasta abril de 2010. El resto de las obras coloniales que la conformaron fueron cedidas por museos de La Paz, Chuquisaca y Potosí.
Reluciente, el lienzo recorrió ese año el Museo Reina Sofía de Madrid (España) y el Museo de las Culturas de Berlín (Alemania). La exhibición de arte contemporáneo en diálogo con obras del barroco mestizo permaneció, entre febrero y abril de este año, en el Museo Nacional de Arte y en el Museo Nacional de Etnografía y Folklore de la sede de gobierno.
“Principio Potosí” concluyó el 30 de abril. Tras el desmontaje, las obras estaban listas para regresar a casa. Sin embargo, el reencuentro entre la pintura de la Virgen de Chuchulaya y su pueblo demoró aún más.
El acto de bienvenida estaba programado para el mediodía del 8 de mayo. El enorme tráiler que transportaba el cuadro recorrió varias rutas equivocadas antes de llegar finalmente a su destino. Ello provocó la ansiedad de autoridades y pobladores de Chuchulaya, quienes aguardaban en el frontis del templo.
Intentando llegar al pueblo por Sorata, la crecida de un río impidió el paso del tráiler, el cual tuvo que dirigirse a la vía que pasa por Ancoraimes. No obstante, la falta de señalización hizo que el motorizado llegue a un municipio diferente: Ayata.
Finalmente, la noche de ese domingo, Gerardo Navia, quien como Chuchulayeño gestionó la salida del cuadro y garantizó su regreso, lo entregó al pueblo. En dos semanas se prevé la llegada del vitral donado por el Reina Sofía para mantener el lienzo en mejores condiciones. El municipio requiere dinero para restaurar la iglesia y el camarín de la virgen.
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