La comunidad católica celebró ayer la festividad de San Roque, el santo de los perros, este venerable personaje se hizo famoso por los grandes favores que hizo a los pobres y en especial a los enfermos, paliando terribles epidemias.
"Son varios aspectos que hacen de él un santo, porque la popularidad que tuvo fue para curar las pestes y epidemias peligrosas en los pueblos y regiones en las cuales estaba", aseguró el delegado episcopal de Comunicación de la Diócesis de Oruro, René Cueto.
Explicó que San Roque nació en Francia, de una familia pudiente, pero cuando murieron sus padres el vendió todas sus pertenencias y el dinero lo repartió entre los pobres y se fue a vivir a Roma como un peregrino pobre.
"Este santo siempre estuvo ayudando a las personas, porque cuando estalló la peste de tifo donde varias personas habían muerto, él con solo hacerles la señal de la Santa Cruz en la frente les curaba. A muchísimos ayudó a morir en paz, y él mismo les hacía la sepultura, porque nadie se atrevía a acercárseles por temor al contagio", aseguró.
Sostuvo que la gente que lo veía en las calles le decía ‘el santo’ porque siempre estuvo al servicio de las personas enfermas, ayudándoles en cada momento, en especial con las pestes.
"Cuando realizaba las curaciones, él se contagió y se fue al bosque para que nadie le vea enfermo y fue cuando un perro de una de las casas sacaba un pan para llevarle San a Roque y cuando un día el amo le vio, siguió a su mascota para ver a dónde iba con el pan y encontró al santo enfermo y lo trasladó a su casa para curarlo", señaló.
El 15 de agosto de 1378 murió en la fiesta de la Asunción de la Virgen, y cuando depositaban sus restos al ataúd vieron en su pecho la señal de la Cruz que su padre le había trazado de pequeño y se dieron cuenta quién era en realidad.
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