El papa Benedicto XVI resaltó hoy "la gran responsabilidad de quien, en cada época, es llamado a trabajar en la viña del Señor, especialmente con el papel de autoridad" y la necesidad de renovar la "plena fidelidad" en Cristo.
El papa, que regresó ayer al Vaticano desde su residencia estival de Castel Gandolfo, situada a unos 30 kilómetros de Roma, dirigió sus palabras desde la ventana del Palacio Apostólico antes del rezo del Ángelus a alrededor de 30.000 peregrinos y fieles que se concentraron en la Plaza de San Pedro.
El obispo de Roma comentó un capítulo del Evangelio de San Mateo sobre la amonestación de Jesús a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo: "A vosotros os será quitado el Reino de Dios y será entregado a un pueblo que produzca frutos".
Cristo -añadió- es "la piedra que desecharon los constructores, porque lo han considerado enemigo de la ley y peligroso para el orden público; pero Él mismo, rechazado y crucificado, resucitó, convirtiéndose en la 'piedra angular' sobre la que se puede apoyar con absoluta certeza el fundamento de toda existencia humana y del mundo entero".
El papa hizo referencia a la parábola de los viñadores infieles a los que un hombre les confío una viña. "El propietario de la viña representa al mismo Dios, mientras la viña simboliza a su pueblo", afirmó.
"Dios -añadió- tiene un proyecto para sus amigos, pero desgraciadamente la respuesta del hombre está a menudo orientada a la infidelidad, que se traduce en rechazo".
Y agregó: "El orgullo y el egoísmo impiden reconocer y acoger incluso el don mas precioso de Dios: su Hijo Único. Solamente en Él, para Él y con Él se edifica la Iglesia".
El papa Ratzinger afirmó que los ángeles existen.
"El Señor siempre está cercano y operante en la historia de la humanidad, y nos acompaña también con la singular presencia de sus Ángeles, que hoy la Iglesia venera como Custodios, es decir, ministros de la divina atención para cada hombre", dijo.
Sobre los ángeles aseguró que "desde el inicio hasta la hora de nuestra muerte, la vida humana está rodeada de su incesante protección".
Después saludó en siete lenguas a los peregrinos y al hacerlo en español lo hizo en modo particular al Grupo de Carabineros de Chile.
Al dirigirse a los fieles italianos, ensalzó "el compromiso de las instituciones y de las asociaciones de voluntariado para el derribo de las barreras arquitectónicas".
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