La religión es inherente a la vida como la humedad al agua, hay hombres profundamente religiosos que no pertenecen a ninguna religión oficial. No existe hombre sin principios religiosos; el que se dice ateo o sin Dios, en lo más profundo de su ser vive conforme a algún principio religioso, o de acuerdo a algún código moral, que puede no tener un nombre en particular, pero que es la viva expresión de algún valor eterno. Todas las religiones se manifiestan mediante formas espirituales y códigos morales, que buscan enseñarnos a vivir de acuerdo a los principios religiosos universales eternos.
Todas las religiones son perlas preciosas engarzadas en el hilo de oro de la divinidad, conservan los valores eternos, no existen religiones falsas. Todas las religiones son necesarias, todas cumplen su misión en su tiempo y en su espacio y se basan en los mismos principios y valores. Es absurdo decir que la religión del vecino no sirve y sólo la mía es verdadera. Si la religión del vecino no sirve, entonces la mía tampoco sirve. No podemos desacreditar la religión de otros sin desacreditar la nuestra también.
Toda religión bajo el sol nace, crece, se desarrolla, se multiplica en muchas sectas y muere, así ha sido siempre. Los principios religiosos nunca mueren, pueden morir las formas religiosas pero los principios religiosos, es decir los valores eternos, no mueren jamás, ellos continúan revistiéndose con nuevas formas adecuadas a su tiempo.
No existe motivo que justifique las guerras religiosas, es absurdo calificar a otros de infieles, herejes y paganos por el simple hecho de no pertenecer a nuestra religión. El brujo que en el corazón de las selvas africanas ejerce su sacerdocio ante su tribu y el aristocrático Arzobispo cristiano que oficia en la Catedral Metropolitana de Londres, Paris o Roma, se apoyan en los mismos principios, solo varían las formas de expresar esos valores religiosos.
Jesús el Divino Rabí de Galilea enseñó a todos los seres humanos el camino de la Verdad y de la Vida. La verdad se hizo carne en Jesús y se hará carne en todo hombre o mujer perfecto(a).
Si hacemos un estudio comparativo de religiones, en todas ellas encontraremos el culto al Cristo, lo único que varían son los nombres que se le dan. El amado Jesús tiene los mismos atributos de Zeus, Júpiter, Osiris, Krishna, Quetzalcóatl, Lao Tse, Amida, Fuji, Thunupa el Cristo Andino, Buda, etc. Uno se queda asombrado cuando descubre que todos estos personajes religiosos que personifican al Cristo nacen el 24 de diciembre a las doce de la noche, son hijos de inmaculadas concepciones, nacen por obra y gracia del Espíritu Santo, todos ellos nacen de vírgenes inmaculadas. La mujer hebrea María, madre del adorable Salvador Jesús el Cristo, recibió los mismos atributos y poderes cósmicos de la Diosa Isis, Juno, Demeter, Ceres, Vesta, Maía, Adonía, Insoberta, Rea, Cibeles, Tonanzin, etc. Todas estas deidades femeninas representan siempre a la Madre Divina, el Eterno Femenino Cósmico. El Cristo es siempre Hijo de la Madre Divina y a ella le rinden culto todas las Santas Religiones.
Todas las religiones hablan del alma, del cielo, del infierno, etc., los principios son siempre los mismos. Entre los romanos el infierno era el Averno, entre los griegos era el Tartarus, entre los indostaníes el Avitchi. Cuando terminó la religión de los romanos, cuando se degeneró, los sacerdotes se convirtieron en adivinos, titiriteros, etc., pero los principios eternos no murieron, ellos se revistieron con la nueva forma religiosa del Cristianismo. Los sacerdotes paganos denominados Augur, Druida, Flamen, Hierofante, Dionisios y Sacrificador, fueron rebautizados en el Cristianismo con los sagrados títulos de Clérigos, Pastores, Prelados, Papas, Ungidos, Abates, Teólogos, etc.
Las Sibilas, Vestales, Druidesas, Papisas, Diaconesas, Ménades, Pitonisas, etc., en el Cristianismo fueron denominadas: Novicias, Abadesas, Canonesas, Reverendas, Hermanas o Monjas. Los Dioses, Semidioses, Titanes, Sílfides, Cíclopes, Mensajeros de los Dioses de las antiguas religiones fueron ahora rebautizados con los nombres de Ángeles, Arcángeles, Serafines, Potestades, Virtudes, tronos, etc. Las formas religiosas cambian según las épocas históricas y las humanidades. Cada humanidad necesita su forma religiosa especial. Los pueblos necesitan la religión, un pueblo sin religión es de hecho un pueblo totalmente bárbaro, cruel y despiadado.
Dios Padre es uno solo, sea cual sea el nombre que le pongamos y existe una sola religión universal que es la perfecta expresión de los principios religiosos universales eternos, valores que palpitan en cada electrón, en cada átomo en cada estrella, en el universo todo. Nuestros cuerpos son templos del Dios vivo, la Madre Naturaleza es una magnifica Iglesia donde oficia el padre eterno, el espacio infinito es una catedral majestuosa donde ritualiza el Padre Cósmico Común, el Sublime Arquitecto del Universo creando a todos los seres del Cosmos, todos hijos del mismo padre, todos hermanos de una gran familia universal, todos acólitos de una sola religión universal; la RELIGIÓN DEL AMOR. VIVA DIOS, DIOS ES AMOR.
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