Los devotos del Señor de Lagunas, durante el mes de septiembre, motivados por su fe, visitan Cala - Cala donde existe un santuario erigido en devoción a dicha figura religiosa. Esta población se encuentra a 35 minutos de viaje en vehículo desde la ciudad capital, donde uno puede encontrar a personas de diferentes partes del país.
La festividad principal del Señor de Lagunas se recuerda el 14 de este mes, pero los devotos visitan el templo de Cala - Cala todos los días, algunos con flores, otros con cargamentos, música y baile.
La fiesta del Señor de Lagunas, no sólo atrae a los comerciantes de otros departamentos, también se hacen presentes turistas para ver la expresión que se repite cada año, para manifestar el agradecimiento y la promesa de retornar ante el altar del Cristo crucificado.
Algunos de los devotos dan testimonio de los deseos cumplidos por el Redentor, no sólo en lo material, también en la fortaleza del espíritu y la sanación del cuerpo de enfermedades incurables, según los creyentes.
A esta fiesta religiosa también acuden lugareños de los municipios del departamento, cargados de aguayos multicolores y cubiertos con ponchos interpretando tonadas con zampoñas y bombos.
Los viajeros llevan consigo réplicas diminutas de bienes materiales, como casas, edificios, autos, camiones, embutidos, billetes y todo lo que a uno se pueda imaginar, hasta tiendas comerciales de abarrotes, computadoras y muchas otras creaciones artesanales.
Éstas son adquiridas a cierto precio, para luego ser bendecidas, primero por el párroco de la iglesia donde se alberga la imagen del Señor de Lagunas, y luego por un "yatiri", quien con incienso y alcohol pide a la Pachamama, así como a sus ancestros, bendiciones para los devotos.
Después de haber cumplido con la promesa, los viajeros buscan en las lomas un espacio para construir una casa de piedra, y luego bendecirla con bebidas espirituosas o dulces como símbolo de buen augurio.
El lado negativo de esta actividad, es que una vez concluidas las diferentes tradiciones de las familias que visitan al Señor de Lagunas, dejan materiales desechables, que año tras año se acumulan en el pueblo y originan un mal aspecto al paisaje altiplánico de Cala - Cala.
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