El papa Benedicto XVI se reunió ayer en Erfurt, en el este de Alemania, con víctimas de sacerdotes pedófilos, cumpliendo con un gesto muy esperado por la sociedad, tras rendir homenaje al reformador Lutero.
"El Santo Padre, consternado y chocado por el sufrimiento de las víctimas de abusos, manifestó su profunda simpatía y pesar por todo lo que se les hizo a ellos y sus familias", señaló la conferencia episcopal alemana en un comunicado, tras la reunión entre el Papa y víctimas alemanas de abusos por parte de sacerdotes.
El Papa aseguró a los presentes, cuyo número no se precisó, "que las autoridades de la Iglesia tienen un interés especial en esclarecer todos los casos de abusos, y están trabajando en la promoción de medidas eficaces para proteger a los niños y los jóvenes", agregó el comunicado.
La Iglesia Católica alemana se vio inmersa en un escándalo el año pasado cuando cientos de personas denunciaron los abusos sufridos entre los años 1950 y 1980 cuando eran menores de edad, y las sospechas de que tales crímenes fueron disimulados.
Horas antes, el sumo pontífice rindió homenaje a Lutero, un gesto fuerte hacia los protestantes en Erfurt, donde fue concebida la Reforma, pero sin hacer anuncios sobre el ecumenismo, en el segundo día de su visita a su país natal.
"Lo que no lo dejaba en paz (a Lutero) era la cuestión de Dios, que era la pasión profunda y la fuerza de su vida", declaró el Papa en un discurso en el convento de los Agustinos, donde el pensador de la Reforma vivió de 1505 a 1511.
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