Este jueves se recuerdan los dolores que vivió la Virgen María, así también se dará fin el triduo pascual donde se realiza una serena meditación y lectura de la presencia de la Virgen a lo largo del año litúrgico, con la celebración de la misa solemne a las 19:00 horas en el Santuario del Socavón.
El misterio de la participación de la Virgen Madre Dolorosa en la pasión y muerte de su hijo Jesús es probablemente el acontecimiento evangélico que encontró un eco más amplio y más intenso en la ciudadanía.
El rector del Santuario del Socavón, Bernardino Zanella, explicó con esta celebración se reconoce con qué amor la Virgen María entregó a Jesús para que dé su vida y salve a la humanidad, compartiendo su pasión y misión; por este motivo, el jueves los feligreses estarán a los pies de la cruz del redentor junto a la santísima Virgen María.
De forma análoga, los feligreses apoyan a la Virgen a sobrellevar los dolores en la Vía Crucis, este piadoso ejercicio recuerda a la "mater dolorosa" pasando de una estación a otra, en la que se representa cada uno de los siete dolores principales.
Su origen parece remontarse al siglo XVIII y se practicó inicialmente y en particular en las iglesias de los Siervos de María de España.
También este piadoso ejercicio se desarrolló en consideración, en cierto modo pietista, de que María vivió el colmo de su dolor durante la sepultura de su hijo; en este período ella se vio realmente "desolada"; por eso, para "compadecerla" algunos estaban en oración desde el atardecer del Viernes Santo hasta las dieciséis del Sábado Santo, así como todos los viernes del año, un hecho que queda en la historia.
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