sábado, 26 de abril de 2014

Juan Pablo II dejó huella imborrable en Bolivia

La visita del Papa Juan Pablo II a Bolivia, en mayo de 1988, fue histórica y dejó recuerdos imborrables.

Monseñor Luis Sainz, que en ese tiempo era obispo de la ciudad de La Paz, estuvo en contacto cercano con el Pontífice y recuerda que “el mensaje que nos trajo en ese entonces era de paz, unidad" en un momento de inestabilidad en el país. "De hecho su presencia en Bolivia ha servido de mucho para dialogar entre nosotros y buscar caminos que puedan traernos un poquito de comprensión y solidaridad entre nosotros”, indicó.

Durante su estadía, sus mensajes estuvieron dirigidos a campesinos, mineros, jóvenes, niños, a la familia y la sociedad boliviana en general.

El sacerdote Basilio Bonaldi, exdirector del Seminario de la ciudad de La Paz, cuenta que el mensaje para las familias fue especial, pues fue un mensaje de amor en el que destacó al matrimonio como camino de santidad. “La visita del Papa sin duda ha dejado una huella interesante en Bolivia”, acotó el padre Basilio.

Sainz, quien también fue consejero del Vaticano durante nueve años, recuerda que convivió de cerca con Juan Pablo II, quien se diríga a él con confianza. “Apenas me veía, el Papa me decía: "Tú eres de la diócesis más alta del mundo ¿Cómo te acostumbras a hacer tu trabajo allá?, me preguntaba".

"Entonces yo le pregunté: Santidad ¿Cómo se sintió en la ciudad de La Paz? Él me respondió que sintió mucho la altura y que se sentía rojo (...) Me dijo que no durmió ninguna noche por la altura. Y yo le dije, pero tenía usted ahí oxígeno y tenía médicos, enfermeras, por qué no llamó, y me respondió, no quería molestar. Por eso yo admiro el trabajo de ustedes en esa altura y al mismo tiempo rezo por ustedes, me dijo el Papa”, recordó el monseñor.

También cuenta que cuando el Papa bajaba de El Alto hacia la ciudad de La Paz, en el camino habían varias personas, “entonces su asistente me preguntó: ¿de dónde ha sacado usted tanta gente? Y el Papa se dio la vuelta y dijo: ‘se ha prestado de los países vecinos’".



MISA EN BOLIVIA

Mañana, a las 7:00, a través de la Red PAT será transmitida en directo para toda Bolivia, desde la Basílica de San Francisco en La Paz, la Misa en acción de gracias por los dos nuevos santos en la Iglesia Católica, Juan XXIII y Juan Pablo II, informó Iglesia Viva.

Dicha celebración eucarística, estará presidida por monseñor Óscar Aparicio, obispo castrense de Bolivia y Presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana. A esta transmisión se unirán otros medios televisivos en diferentes partes del país. La ceremonia se escuchará por Radio María Bolivia.

EL "PAPA BUENO"

Juan XXIII, el pontífice que quiso "poner al día" a la Iglesia Católica

Juan XXIII es recordado como el papa que hizo historia al convocar al Concilio Vaticano II para reestructurar y cambiar varios aspectos de la Iglesia Católica.

Monseñor Luis Sainz indica que dos frases marcaron el pontificado de Juan XXIII. La primera es “hay que ponernos al día”, es decir actualizar la Iglesia Católica para que camine con el mundo.

La segunda es “abran las puertas de la Iglesia, que entre aire puro”, que hacía alusión a que la Iglesia estaba muy cerrada, aislada de la sociedad y que tenía que acercarse más al pueblo, tener contacto con las personas, no enclaustrarse en las sacristías ni en los conventos.

“Son dos frases mágicas que han revolucionado el mundo entero y estamos tal como estamos gracias a él”, sostiene el monseñor.

El papa Juan XXIII, además de revolucionar la Iglesia Católica, también marcó su papado con dos anécdotas que calaron hondo en el corazón de los feligreses. Dentro el Vaticano existe un ferrocarril que viaja, desde adentro hasta juntarse con los ferrocarriles de Italia y Juan XXIII se subió al vagón y se fue a ver los restos de San Francisco de Asís, mientras toda la gente de seguridad lo buscaba.

La segunda escapada del Pontífice fue la más recordada en el Vaticano ya que todos pensaban que había sido secuestrado. Juan XXIII decidió cambiarse de sotana —de blanco como usaba normalmente—, a negra como utilizaban los sacerdotes comunes—, se subió a un taxi y se dirigió hasta un asilo de ancianos.

Cuando entró, las monjas le reconocieron y él les preguntó, dónde está la cocina, las monjas lo llevaron, se dirigió hasta las ollas, con un cucharón removió el contenido, probó y dijo: “todo está bien, sólo quería probar cómo comen mis ancianos”, luego se sentó con ellos compartió un momento, mientras toda la ciudad estaba aterrorizada por su desaparición. “Los periódicos también titularon ‘se perdió el Papa’, se vivió un escándalo ese día. Ése fue uno de los varios gestos que tuvo el Papa para acercarse a la gente, esa cercanía que él tanto pretendía con el pueblo”, relata Sainz, quien estuvo presente cuando se vivió todo ese caos en el Vaticano.

Sin duda, Juan XXIII abrió las puertas de la Iglesia para entrar más en contacto con el mundo.

Dejó un camino que luego fue recorrido por el papa Juan Pablo II, quien aprovechó la apertura de esos horizontes para entrar más en contacto con la gente, para unir más a los feligreses con su Iglesia y sobre todo para ir por el mundo dejando un mensaje de paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario