Juan Pablo II se hizo santo en tiempo récord

El papa Juan Pablo II es conocido como el “papa de los récords”: 26 años de pontificado, 104 viajes fuera de Italia y el proceso de canonización más rápido de la historia, solamente nueve años después de su muerte, el 2 de abril de 2005.

Juan Pablo II (1978-2005) será proclamado tras un rápido proceso de canonización, aunque los fieles ya lo habían ascendido a los altares tras el “santo subito” (santo ya) que a su muerte resonó en la plaza de San Pedro. Fue un pontífice conservador y moderno: carismático e inflexible en temas morales, contribuyó al derrumbe del comunismo y pidió que el mundo se abriera a Cuba, en una histórica visita a la isla.

Su canonización fue posible gracias a su sucesor, Benedicto XVI (2005-2013), quien retiró una normativa que obligaba a esperar cinco años antes de que pudiera iniciarse el proceso. La beatificación de Karol Wojtyla (1920-2005) ha llegado en tiempo récord, pero ha seguido todos los pasos marcados, entre ellos los dos milagros necesarios para ascender a los altares.

En mayo de 2011 la Congregación para las Causas, el organismo del Vaticano que evalúa a los candidatos a la santidad, consideró como primer milagro el caso de la monja francesa y enfermera Marie Simon Pierre, de 51 años, quien según la comisión médica se curó de manera inexplicable de la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Wojtyla en los últimos años de vida.

El segundo milagro de Juan Pablo II, y el que ahora le vale la santidad, fue la curación de Floribeth Mora, costarricense de 50 años. Se le diagnosticó un aneurisma cerebral el 14 de abril de 2011 con pocas esperanzas de vida. El 30 de abril de 2011 asistió a misa y a una procesión en la vigilia de beatificación de Juan Pablo II y al día siguiente oyó una voz que le decía: “Levántate, no tengas miedo” y luego se sintió de perfectamente.

Fue papa más de 26 años

Polaco

Nació en Polonia el 16 de mayo 1920 y murió el 16 de octubre de 2005, a los 85 años.

Mandato

Fue elegido el 16 de octubre de 1978 para suceder a Juan Pablo I, quien murió a solo 33 días de asumir su pontificado.