se concentra al máximo para trenzar las hojas de palma verde y formar cruces y otras figuras. Nancy Paya alista así los ramos que vende en la puerta de la iglesia Santísima Trinidad, en la calle Max Paredes de La Paz.
El próximo Domingo de Ramos se inicia la Semana Santa con una de las liturgias principales del rito católico. Ese día se revive la tradición de bendecir las palmas en los templos, como símbolo de devoción.
Como cada año, la venta de las palmas está asegurada. "Se vende bien aunque la gente quiere muy barato”, cuenta Nancy. De dos a cinco bolivianos cuesta la mayoría de los ramos. La palma sin elaborar está a un boliviano y es comprada en grandes cantidades, especialmente para los colegios.
Enseñar el simbolismo del Domingo de Ramos es una de las actividades escolares características de esta época: los estudiantes aprenden a hacer las palmas. Nancy ya tiene varios encargos de este tipo. También cuenta con pedidos por parte de las cofradías y los templos.
Sin dejar de mover sus dedos en actos repetitivos y monótonos, la joven vendedora de 22 años cuenta que su tía le enseñó a trenzar las palmas ,actividad a la que se dedica hace siete años. Es madre de una niña de dos años, llamada Britani. Su esposo escogió el singular nombre que, según la artesana, "procede del extranjero” .
Confiesa que su hija es su principal motivación para comenzar el trabajo desde las siete de la mañana y no finalizarlo hasta bien entrada la noche. Para la elaboración de palmas, que compra en los Yungas, utiliza únicamente grapas y lentejuelas de colores para adornar.
Su compañera vendedora, Gaby Acero, trae el material de Sucre, porque afirma que es distinto y, para ella, más fácil de manejar. En su puesto, además de las cruces y los ramos, tiene bolsos, aretes, colgantes que elaboró desde el año pasado.
"Tenemos que innovar cada año porque la gente también nos pide cosas nuevas hechas con palma”, asegura la vendedora. Recuerda cómo su abuela, con esta actividad, la sacó adelante a ella y a sus hermanos cuando se quedaron huérfanos.
"Fue una época dura, pero gracias a este trabajo nunca nos faltó la comida y un lugar para vivir”, afirma Acero. Aprendió el oficio desde pequeña con fe: "porque si no crees, no puedes vender”, aclara. Dos de sus tres hijos trabajan con ella.
El marido de la vendedora Zenobia Mamani trenza por primera vez las palmas en el puesto familiar de la calle Max Paredes. Aprendió de su esposa y reconoce que "es tanta la demanda que necesitamos más manos para hacer los trabajos y así podemos aumentar la venta”. Mientras relata cómo es el proceso de elaboración "-se agarran cinco hojas y se van intercalando”- la artesana completa una figura de palma.
Ella está convencida de su "buena mano”, aunque reconoce que después de 40 años ya está "cansadita”.
Hay distintas creencias en torno a los objetos de palma que se elaboran para Semana Santa. Muchos devotos aseguran que colocar una cruz de palma, previamente bendecida el Domingo de Ramos, en las puertas de las casas, supone protección para el hogar y las personas.
También se utilizan para evitar los efectos de las lluvias y otras inclemencias del tiempo en los campos de siembra y cosecha.
Entre creencias y sentido católico
El párroco Efraín Vázquez considera que se debe rescatar el verdadero sentido católico de la celebración del Domingo de Ramos: "Se trata de recordar cuando Jesús entró a Jerusalén montado en su burro y los vecinos ponían ramos a su paso, como símbolo de agradecimiento por las buenas obras que había hecho. Por tanto, es un acto de agradecimiento e incluso reivindica el sentido ecológico del uso de las ramas”.
Sin embargo, el Domingo de Ramos tiene otros significados relacionados con las palmas. Gaby Acero recuerda que la "crucesita es para que no le entre el maligno a la persona. Y hasta el ánimo con eso se llama”, dice. Por eso, ella nunca sale de su casa sin llevar consigo la cruz de palma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario