La preocupación por la falta de lluvias y la real amenaza de sequía que se cierne sobre el departamento, llegó a la Iglesia católica, cuyas autoridades exhortan a los fieles y párrocos a rezar, pidiendo a Dios por la lluvia, a fin de atenuar los graves problemas que en la ciudad y el área rural ocasiona la carencia del líquido elemento.
El encargado de Relaciones Públicas del Arzobispado, Gabriel Fuentes, recordó que el pasado 27 de mayo, en ocasión de celebrarse el Día de la Madre, el arzobispo de Cochabamba, Óscar Aparicio, pidió la unidad de la población y las autoridades, a fin de hacer frente a la ausencia de lluvias.
Fuentes aclaró que no existe un programa o un acto especial, sino que más bien se trata de unir las oraciones individuales de los creyentes, pidiendo lluvia.
La preocupación y las exhortaciones de la máxima autoridad eclesiástica de la Diócesis cochabambina, no son extrañas a la Iglesia católica, eso al menos se desprende de un texto que con el título de rogativa por la lluvia, atribuido al sacerdote Armando Gutiérrez Granier, arzobispo de Cochabamba en 1970, pedía al Padre “se abran los cielos y llueva; que las fuentes de las aguas se llenen y repartan entre nuestros habitantes”. La plegaria, dirigida a Dios Padre, se hizo en nombre de Jesucristo y de María Santísima, “nuestra Madre”.
Al respecto, Fuentes dijo que inicialmente el texto de la rogativa no se pudo encontrar en los archivos históricos del Arzobispado. Sin embargo, añadió la búsqueda continuará los próximos días.
En el departamento se presenta una época de escasez y sequía. Las fuentes de abastecimiento del Servicio Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Semapa) se han reducido a una capacidad del 30 por ciento . La empresa ha comenzado con el racionamiento del servicio lo que ha generado las protestas de los vecinos que han tomado la calles con sus baldes para ser atendidos con el servicio. Recomiendan el uso racional del líquido para evitar el desperdicio.
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