Hace cuatro siglos, el sacerdote agustino Alonso Ramos Gavilán publicó la obra “Historia del Célebre Santuario de Nuestra Señora de Copacabana y sus Milagros, e Invención de la Cruz de Carabuco”. Ahora ha sido reeditada por el también sacerdote agustino Hans van den Berg y el investigador Andrés Eichmann. “En el original, en casi todas las páginas se encuentran citas bíblicas en latín y citas de unos 100 autores, en su gran mayoría también en latín. Para hacer legible la obra para lectores de hoy, he puesto la traducción al castellano de todas las citas en el mismo texto y el latín que presenta Ramos Gavilán en notas a pie de página”, dice Van den Berg sobre esta nueva edición que se presenta este jueves 19 de mayo, a las 19:00, en el auditorio del periódico Los Tiempos.
Los últimos cuatro años, “por supuesto con interrupciones”, Van den Berg ha estado dedicado a este trabajo en el que, además, ha buscado las referencias correctas y exactas de todas las citas. “Encontrar estas referencias ha sido el trabajo más arduo de la preparación de esta nueva edición. Un solo ejemplo: Ramos dice: ‘como dice San Basilio en un sermón’. ¿Dónde, en qué obra? Para las búsquedas he podido aprovechar mucho del Internet, pero no todo se deja encontrar en el Internet. Sin embargo, con mucha paciencia y perseverancia he encontrado todas las referencias de las citas, menos seis”, asegura el sacerdote de la Orden de San Agustín.
¿Qué representa para usted reeditar esta obra que alcanza cuatro siglos de creación?
En primer lugar, ya que esta obra sigue llamando la atención y sigue siendo citada con frecuencia, me pareció necesario preparar una edición ampliamente anotada.
En segundo lugar, siendo yo miembro de la Orden de San Agustín, viviendo ya casi 50 años en Bolivia y habiendo sido Alonso Ramos Gavilán miembro de la misma Orden, me animé a darle nuevamente importancia.
Y en tercer lugar, ya que desde hace algunos años la Iglesia Católica boliviana está trabajando para conseguir la beatificación del entallador aymara de la imagen de la Virgen de Copacabana, Francisco Tito Yupanqui, quise contribuir a este proceso de beatificación por medio de esta nueva edición de la primera obra sobre el santuario y Nuestra Señora de Copacabana, en la que el autor da una extensa información sobre Tito Yupanqui.
¿Qué es lo que destaca de esta obra de Alonso Ramos Gavilán?
Que mediante su obra Ramos Gavilán ha querido dar la mayor información posible sobre la historia de la imagen de la Virgen María de Copacabana y sus milagros, y de esta manera contribuir a la intensificación y expansión de la devoción a la Virgen.
¿Cómo describiría a Alonso Ramos Gavilán?
Fue sin duda un religioso y sacerdote agustino muy sencillo, que durante la mayor parte de su vida trabajó como misionero en diferentes partes del virreinato del Perú. Asimismo, fue un fervoroso devoto de la Virgen María y en su obra quiso también manifestar su propia devoción mariana. Fuera de esto, llama muchísimo la atención que no era ningún académico y que, sin embargo, compuso una obra en la cual trabajó con mucho empeño, mediante entrevistas con personas que tenían conocimiento de la historia de los incas en la península de Copacabana y las islas del Sol y de la Luna; investigando él mismo restos arqueológicos en esta región, entrevistando también a personas que habían conocido a Francisco Tito Yupanqui, haciendo lectura de obras sobre la historia de los incas, etcétera.
Qué ha significado trabajar con Andrés Eichmann, un reconocido estudioso del barroco andino.
Desde hace muchos años Andrés es un gran amigo mío. Su aporte a la preparación de esta nueva edición ha consistido principalmente en el perfeccionamiento y la corrección de mi transcripción del original de la obra de Ramos, conforme a los criterios actuales para la transcripción de obras antiguas. La experiencia de nuestro trabajo mancomunado fue para mí muy grata y constructiva.
¿Qué representa para usted la Virgen de Copacabana?
Un objeto muy importante de mi propia devoción mariana. La mejor manera de expresar esto es decir que, cuando se editó mi gran obra “Francisco Tito Yupanqui, Siervo de Dios”, fui a Copacabana y, vestido en mi hábito de agustino, coloqué muy piadosamente un ejemplar de la misma sobre el altar de la Virgen.
Usted es un gran estudioso de las deidades andinas y trabajó en ello prácticamente cuando nadie más lo hacía. En ese orden, ¿cómo explica la inclusión digamos exitosa de la Virgen María en la cultura andina?
En un estudio que hice sobre los milagros de la Virgen de Copacabana, he tratado de dar respuesta a esta pregunta. Es mi convicción que el “éxito” de la Virgen de Copacabana ha de ver con la sensibilidad materna y la gran importancia que se da a la mujer y que he encontrado en la cultura aymara. La ternura materna es una de las características más esenciales de la cultura aymara.
¿Qué representa la Virgen María de Copacabana, que específicamente en esta obra se presenta como Señora?
Otra característica psicológica esencial de la cultura aymara es que el ser humano necesita de protección y busca protección. La Pachamama y los Achachilas protegen al pueblo aymara, al igual que a nivel humano los padrinos. Creo que Ramos Gavilán ha percibido esto: María es la Señora, la Madre, que protege, que ampara a los que acuden a ella.
¿Cuáles son los milagros que a usted más le han impactado?
El mayor milagro para mí es que durante más de cuatro siglos la devoción a la Virgen de Copacabana sigue siendo tan fuerte y que en la sincera, sencilla y fervorosa fe de tantas personas de todas las clases sociales, María sigue dando paz, sosiego y consuelo.
¿Qué representa para usted la Virgen de Copacabana y el espacio geográfico (diríamos mágico) donde está asentada?
No diría espacio ‘mágico’, sino sagrado. Para mí Copacabana es un espacio sagrado, donde quiero encontrarme con lo sagrado que está representado en la Virgen María.
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