jueves, 4 de junio de 2015

En Corpus Christi se consumen dulces para consentir al cuerpo

"Ni en Navidad me doy el lujo de comer tanto dulce, pero en Corpus Christi sí lo hago: me lleno de maní con melcocha, maicillos, pasankallas y fruta fresca. No es gula, simplemente es consentir al cuerpo”, cuenta Miriam Bueno, de 40 años, mientras compra tres libras de maní en la calle Illampu para la celebración de hoy.
Pero no sólo ella conserva la tradición. Rogelia Flores, de 54 años, afirma que "en esta fiesta hay que mimar al cuerpo con cosas dulces, para darle más energía, ya que todos los días uno trabaja y el cuerpo se desgasta. Lo dulce es para revitalizarlo. Además, una vez al año no hace daño”, enfatiza con una sonrisa.
Doña Rogelia emplea lógica para reforzar la costumbre. "Según la Iglesia, esta fiesta es para consagrar el cuerpo y la sangre de Jesucristo, él está en nosotros, por eso es que cada uno debe hallar la forma de consagrar su cuerpo. Y qué mejor que darle el alimento dulce”, razona.
Junto a su esposo, Rogelia visitó ayer los puestos, que se instalan estos días en la calle Illampu, para comprar maní, melcochas y rosquetes. "Voy a llevar harto para que alcance para todos. Somos 15 en mi familia”, asegura.
En esa calle del centro paceño la oferta por Corpus Christi es amplia: pasankallas, fruta seca y fresca, además de canelones, rosquetes, maicillos y suspiros, entre otros. La mayoría de las golosinas, según las vendedoras, es traída desde Cochabamba.

Empanadas en extinción
Hasta hace unas décadas, las empanadas de lacayote eran las que más se vendían en la fiesta de Corpus Christi -cuentan las comerciantes-, pero con el pasar de los años se fueron perdiendo.
"Ahora son raras las que ofrecen las empanaditas de lacayote. Antes eran tan buscadas y ahora están en extinción”, lamenta la vendedora Gregoria de Ramos.
Este año la novedad de la fiesta, según las vendedoras de la Illampu, son las melcochas de color lila y sabor a canela.
"Antes habían sólo las hechas de miel, pero ahora salieron a la venta las de canela”, dijo otro de los comerciantes, Ramiro Paz, aunque aseguró que las más requeridas aún son las clásicas
A medida que las horas pasaban, más amas de casa llegaban para adquirir los productos. "Ya no tengo sopaipillas, trae más”, decía contenta doña Gregoria al auricular de un teléfono.
Las comerciantes saben que Corpus Christi es en la mejor fecha para vender las golosinas que ofertan todo el año. "En esta fiesta tiene un sabor especial, siempre es dulce”, enfatiza Marianela Aliaga, oficinista, ama de casa y mamá de tres niños.


Cuenta que ya tiene todo listo el menú para el almuerzo: un rico chicharrón. Pero antes asistirá a la única misa masiva que se celebrará en el Teatro al Aire Libre, programada para las diez de la mañana. Luego acompañará la procesión hasta recibir la bendición en la Basílica de San Francisco. "Después iremos a Achocalla para compartir con mi familia”.

Los tradicionales productos de la fiesta


Maicillos Los precios son variados y según el tamaño de los maicillos. Cuestan desde tres por 10 bolivianos, hasta siete por el mismo valor.
Higo La docena de estos frutos secos cuesta entre cinco y 10 bolivianos.

Rosquetes Los rosquetes y las sopaipillas valen entre cuatro y seis por 10 bolivianos, pero depende del tamaño.
Suspiros Este producto cuesta cinco por 10 bolivianos.
Maní La libra sin pelar vale entre seis y 10 bolivianos.
Pasankalla La libra de pasankalla de Copacabana vale 20 bolivianos.
Tostados Existe una variedad de granos tostados en dulce: fideos, arroz, trigo. La libra de estos productos está entre cinco y siete bolivianos.





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