HISTÓRICO | POR PRIMERA VEZ, DE FORMA TAN CONTUNDENTE, UN LÍDER RELIGIOSO SE REFIERE AL TEMA DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA RESPONSABILIDAD EN ÉSTE TEMA DE LOS PAÍSES MÁS DESARROLLADOS.
Con la publicación de la encíclica Laudato Si (Alabado Sea), el Papa Francisco ha dado una estocada muy dura en el corazón de los países desarrollados, tanto así que los líderes conservadores de Estados Unidos, que ahora están en carrera por la presidencia, antes de que se publique ya estaban reclamando que el rol de Francisco no es el de hacer apostolado por la ecología ni meterse en temas económicos.
El diputado republicano Jeff Duncan, un firme defensor de Israel, dijo que el papa debe evitar el debate en torno a Palestina (temas que ya ha tocado el pontífice) y que el Vaticano debería dedicarse a asuntos espirituales y no inmiscuirse en la política. Mientras que poco antes de que se conociera la encíclica papal sobre el cambio climático, Jeb Bush, el candidato a la nominación republicana para la presidencia de Estados Unidos, realizó comentarios similares. “Creo que la religión debería tener que ver con hacernos mejores personas, y menos con las cosas que terminan por ingresar al ámbito político”, declaró.
A juzgar por las últimas declaraciones públicas del papa Francisco, especialmente sobre salud reproductiva, el Estado palestino, la legitimidad política de Cuba y, ahora, el cambio climático, el dignatario eclipsaría a más de 150 gobernantes si es que se confirma su asistencia a la cumbre de cambio climático de las Naciones Unidas en diciembre, que se realizará en París, Francia.
Las declaraciones sobre todo sociopolíticas del argentino Jorge Bergoglio despiertan tanto fervientes defensas como hostiles críticas hacia el primer papa oriundo del Sur en desarrollo.
En enero de este año, durante un viaje a Asia, generó un revuelo cuando recomendó que los católicos practiquen la paternidad responsable y no se comporten “como conejos”.
En Estados Unidos, políticos conservadores del opositor Partido Republicano criticaron al papa por el papel clave que desempeñó en el deshielo de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Francisco también provocó el enojo del lobby proisraelí cuando el Vaticano anunció en mayo que reconocería al Estado de Palestina. De hecho, la mayoría de sus pronunciamientos están en línea con las posturas de la ONU, especialmente con la agenda socioeconómica del foro mundial.
EL FRACASO DE LA AMBICIÓN
“El inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores, conciencia”, señaló el papa en su encíclica de 184 páginas.
“Ahora, frente al deterioro ambiental global, quiero dirigirme a cada persona que habita este planeta. En esta encíclica, intento especialmente entrar en diálogo con todos acerca de nuestra casa común”, añadió. “El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las Cumbres mundiales sobre medio ambiente”, escribió.
“Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos”, continua la encíclica. “El acaparamiento de tierras, la deforestación, la apropiación del agua, los agrotóxicos inadecuados, son algunos de los males que arrancan al hombre de su tierra natal”, dijo entonces.
“El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la deforestación ya están mostrando sus efectos devastadores en los grandes cataclismos de los que somos testigos”, aseguró.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, elogió la encíclica papal porque pone de relieve que “el cambio climático es uno de los principales desafíos actuales para la humanidad, y que se trata de un problema moral que requiere un diálogo respetuoso con todos los sectores de la sociedad”.
Ban comparte las conclusiones de la encíclica referidas a que hay “un consenso científico muy sólido” que muestra un calentamiento significativo del sistema climático en las últimas décadas, “principalmente como resultado de la actividad humana”.
Janet Redman, directora del Programa de Política Climática del Instituto para los Estudios Políticos, con sede en Washington, también se refirió a la encíclica papal. “El papa Francisco es muy claro. El actual modelo de desarrollo, basado en el uso intensivo del carbón, el petróleo e incluso el gas natural, tiene que acabar. En su lugar, necesitamos fuentes de energía renovables y nuevas formas de producción y consumo que frenen el calentamiento mundial”, exhortó.
Gravar el dióxido de carbono, la desinversión de los combustibles fósiles y acabar con los subsidios públicos a las empresas contaminantes puede ayudar a terminar con el dominio que las empresas energéticas ejercen en nuestros gobiernos, economías y sociedades, añadió. El papa Francisco llegará a Bolivia el 8 de julio, en medio de un debate creciente sobre la decisión del gobierno de Evo Morales de explorar áreas protegidas en busca de gas y petróleo, lo que va en contra de todo lo que propone Francisco en su encíclica: "La tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora". (Con datos de IPS y BBC).
CINCO PUNTOS CLAVE DE LA ENCÍCLICA DEL PAPA FRANCISCO
El calentamiento global es real.
En ese sentido el papa escribe que "hay un consenso científico sólido" que se trata de un fenómeno innegable. Si no se toman medidas para frenarlo se reducirá el agua potable, dañará la agricultura, conducirá a la extinción de algunas plantas y animales. También advirtió sobre el peligro del aumento en los niveles de los mares que podrían terminar inundando algunas de las ciudades más populosas del mundo.
Es principalmente el resultado de la actividad humana.
Francisco reconoció que el cambio climático se da en parte de manera natural pero que los estudios científicos indican que su "principal" causa somos los humanos. Sostuvo que el "consumismo inmoral" ha llevado a la sociedad a un comportamiento que permite la degradación continua del medio ambiente. Los países ricos tienen una "deuda ecológica" con los países pobres. Aseguró que los países en desarrollo están a la merced de las naciones industrializadas que explotan sus recursos para alimentar su producción y consumo, una relación que el Papa calificó como "estructuralmente perversa".
Rechazó el argumento de que solo a través del crecimiento económico se puede resolver el hambre, la pobreza y se puede recuperar el medio ambiente. Llamó esa filosofía "un concepto mágico del mercado".
Creación de instituciones internacionales fuertes
Se necesitan regulaciones a nivel gubernamental para frenar el calentamiento global, pero es esencial instituciones eficientes y organizadas con la potestad de sancionar a quienes incumplan las normas. "Es esencial lograr un consenso global para enfrentar problemas más profundos que no pueden ser resueltos por las medidas unilaterales de países individuales", dijo. Pero indicó que las regulaciones por sí solas no resolverán todo el problema. Pidió un cambio de perspectiva ética global para cuidad de la naturaleza y hacer que los pueblos sean prioridad.
Presión a los líderes políticos y sacrificio individual
El papa identificó que "muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico y político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático". Hizo un llamado para que individuos formen redes sociales para presionar a los líderes políticos y para ayudar a los que han quedado desamparados y desempleados debido al cambio climático. También instó a todos a hacer pequeños cambios en sus hábitos diarios, incluyendo el "uso de transporte público, compartir viajes en auto, plantar árboles y apagar luces innecesarias".
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