Retoques de arte al Niño Jesús

Tradiciones. La restauración de imágenes del Niño es una de las tradiciones previas a la Navidad. Muchas veces las personas prefieren conservar la imagen antes de comprar una nueva.

Tiras de luces en la ciudad, pinos artificiales o naturales, pompas de diferentes colores y figuras de yeso son algunos artículos significativos del ambiente navideño, los que en esta temporada forman parte de la decoración de los hogares, oficinas, calles e iglesias.

La época decembrina, una de las más festejadas por los bolivianos, inicia con la compra de objetos de decoración y regalos que pueden encontrarse en todos los rincones de la ciudad. Tiendas, mercados y ferias están abarrotadas de estos productos navideños.

Sin embargo, todo este movimiento comercial inicia con el propósito de la celebración del nacimiento del Niño Jesús, siendo este el protagonista principal de la temporada y el invitado especial en todos los hogares que festejan esta tradición.

Como es habitual, las familias arman pesebres que contienen figuras de distintos materiales, tamaños y calidades, pero la figura central es el Niño Jesús.

Por lo general esta figura es preparada semanas antes de la Navidad. Muchas familias preocupadas por el aspecto de su niño, llevan a esta imagen a talleres especializados para que se les realice una restauración total o parcial.

PROCESO DE RESTAURACIÓN

En nuestro medio existen algunos talleres donde la gente acude para componer imágenes religiosas de diferentes festividades, en estas fechas decembrinas es cuando todos se preocupan porque el protagonista de la fiesta se vea bien.

Muchos artistas como José Luis Tola, artesano del tradicional “Bazar Borda”, aplican técnicas diferentes para la restauración de imágenes.

Según Tola comenta, la restauración del Niño comienza con la limpieza para verificar el color exacto y retirar impurezas que puedan afectar al trabajo.

Luego, si se requiere, las manos hábiles de los artesanos moldean la parte dañada con masilla, para posteriormente pulir y afinar la figura con una lija y que el trabajo quede impecable, sin ninguna marca de restauración.

Sin embargo, existen otras técnicas más modernas que hacen que este trabajo sea más detallado y perfecto. “Ahora hemos optado por otra técnica, para lo cual preparamos la masilla con el mismo tono de piel de la figura y luego la aplicamos, entonces el trabajo sale idéntico y no necesitamos pintarla otra vez” mencionó Tola.

Sin embargo, el arte de la restauración no es un trabajo fácil ni es una receta, pues requiere de habilidad y experiencia para que las figuras queden sin ninguna imperfección.

Según Isabel Quinteros, propietaria y restauradora del tradicional Taller “Íconos” ubicado en la calle Colombia entre Oquendo y 16 de Julio, al igual que muchos artistas, dedica tiempo y amor al trabajo que realiza con las imágenes del Niño Jesús.

En este proceso, en el que intervienen técnicas y conocimiento, también es necesaria la experiencia. “Hay que tener mucha paciencia para que la imagen resalte y quede bien. El talento y la práctica es importante para poder hacer un buen trabajo” mencionó Quinteros.

Según la artista también existen Niños hechos de cera, estos son poco comunes y la dificultad de manipularlos es mayor. “Estas imágenes de cera son más difíciles de restaurar. Porque a veces me traen totalmente aplastado tengo que volver a modelar su cuerpo y su cara”.

Este proceso dura aproximadamente dos a cuatro días, según la dificultad y las restauraciones que se quiere aplicar. Por otro lado, existen variedades de imágenes del Niño Jesús.

Los “Niños Cusqueños” presentan detalles llamativos a la vista como los cabellos enrulados y pestañas sintéticas o en algunos casos cabellos naturales. Los ojos parecen de cristal, se ven muy finos y hasta incluso realistas.

Otra diferencia está en los detalles que presenta esta figura en la boca, ya que algunos modelos cuentan con lengua y dientes, que han sido cuidadosamente trabajados.

“Los que son más baratos no tienen ninguna de estas características, por lo general son los llamados Niños españoles con rasgos más europeos y solo son pintados”, mencionó Isabel Quinteros.

PINTURA Y RETOQUES

Los retoques que se les da a los muñecos se aplican de acuerdo al estilo de Niño en el que se está trabajando. Como es el caso de los Niños Cusqueños que tienen apliques de cabello y las pestañas, las que son elaboradas por distintos materiales.

Según Isabel Quinteros se aplica cabellos con hilo sintético previamente teñidos con líquidos especiales de manera artesanal. Estos son traídos de otras ciudades de Bolivia y colocados con mucha delicadeza. Aunque también existen otros materiales como la fibra de yute que es muy accesible en el mercado y para que pueda ser convertida en cabello para las imágenes debe ser trabajada de forma especial.

Franco Foronda Borda, propietario del “Bazar Borda”, afirma que la técnica para los apliques de pelo y pestañas es en base de pintura y manejo de fuego, con los que se crean los pequeños rizos.

En cuanto a la pintura, según los restauradores el trabajo se realiza con mucha paciencia y delicadeza. Para los niños de yeso u otros materiales como la porcelana se utilizan pinceles, óleos y acrílicos en diferentes tonalidades.

Según Quinteros “Es difícil pero necesario dar con el tono original. Por ejemplo hay que ver si la figura es brillosa o mate. Hay niños pálidos, otros más morenitos pero siempre se trata de dar el mismo tono para que no se perciba diferencia con la pintura”.

A diferencia de los niños de yeso, los de cera no suelen ser pintados o en algunos casos se utiliza polvos para dar algo de color o parafina en otra tonalidad previamente preparada.

“La refacción de estos suele ser muy complicada porque básicamente son de vela” mencionó Franco Foronda.

NIÑOS CENTENARIOS

Muchas de las figuras del Niño Jesús que son llevadas a restaurar son esculturas con muchos años de existencia, algunas de ellas son centenarias y pueden constituirse en una reliquia familiar.

Según los restauradores existen características para diferenciar una imagen antigua de una nueva.

Por ejemplo los Niños Cusqueños centenarios presentan un orificio en la parte de la espalda. Otros más antiguos tienen un sello que menciona su procedencia.

También es importante diferenciar el peso, pues los más antiguos son más livianos porque son elaborados con pasta de yeso. Incluso existen niños hechos con un material llamado masa de arroz, muy frágil similar a la cáscara de huevo.

Según Franco Foronda los niños más antiguos que existen en Cochabamba fueron elaborados en escuelas de restauración de Niños del Cusco y de Sucre.

Muchas de estas figuras tienen entre 150 y 200 años de vida, por lo que constituyen parte importante de la herencia de cada familia.

TRADICIONES Y SENTIMIENTOS

Existen personas que poseen una o varias imágenes del Niño Jesús adquiridas por herencia, regalo o compra.

Sin embargo, una de las tradiciones navideñas que se aplica en la mayoría de los hogares es recibir un Niño de manos de otras personas sin incluir el sentido comercial.

Según Franco Foronda “cuando se les regala a las parejas de recién casados una figura del Niño, significa que es un augurio de buena suerte. Este es un presente muy importante para el inicio de una nueva vida”.

Por otro lado, heredar la imagen del Niño Jesús a un miembro de la familia es una tradición que se realiza en muchos hogares. Por lo general la figura es entregada a la hija mayor de cada familia y es conservada para pasarla de generación en generación.

Según Tola “se hace restaurar una imagen porque tiene recuerdos y sentimientos porque la mayoría de los Niñitos son regalos de algún miembro importante de la familia como los abuelos o padres” mencionó.

La restauración de las imágenes del Niño Jesús conlleva una importancia y una carga sentimental importante.

A diferencia de las imágenes compradas estas relíquias simbolizan la unión familiar, trayendo cada fin de año sentimientos, recuerdos familiares impregnados del espíritu característico de la Navidad.