Durante la época de Jesús –dice también el quincenario– no sólo existía la creencia en los diablos sino que también se creía que los diablos, con su influjo maléfico, causaban enfermedades y desastres. En cambio, Jesús –añade– “distingue las enfermedades de las posesiones diabólicas”.
El editorial habla del “realismo” de la visión que Jesús tiene del mundo demoniaco.
“Satanás y los demonios son seres reales, no figuras simbólicas del mal. Satanás no es la personificación mítica del mal que existe en el mundo y en el hombre, sino un ser personal, enemigo de Dios y de los hombres, que trata de contrastar el plan de salvación que Dios tiene sobre el hombre y el mundo y, por odio contra Dios, trata de arruinar y destruir al hombre, tentándolo para que se rebele a Dios, para que no dé frutos, dice la revista.
La lucha de Jesús contra Satanás “es conducida con un estilo particular por el que se separa profundamente de los exorcistas de su tiempo”, explica el editorial.
La diferencia con los exorcistas, dice también el editorial de La Civiltá Cattolica, también consiste, en primer lugar, en que Jesús sitúa la expulsión de los demonios “en relación directa con la llegada del Reino de Dios”.
En segundo lugar, añade, Jesús echa a “los demonios como uno que tiene poder” y en tercer lugar los echa “con la sola fuerza de su palabra”.
La lucha contra Satanás –concluye el artículo– tiene que ver “con el misterio más profundo y más inaccesible de la historia humana: es la lucha del ‘misterio de la salvación’ contra el misterio de la iniquidad”. (ANSA)
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ResponderEliminarEntre otros, también reconstruye algunas páginas de la historia como el de la revolución federal 1899 una de las más sombrías de nuestra historia relata la turbulencia popular extrema y la mediación que se atribuye a la Virgen del Carmen para salvar las vidas de los vecinos del pueblo de Corocoro.