Monseñor Óscar Aparicio Céspedes tomó posesión ayer del Ordinariato Castrense en una ceremonia especial. Con el grado de Capitán de Navío Honorífico, el pastor episcopal recibe una grey superior a 80.000 uniformados, entre militares y policías, y otros miles de jubilados y en la reserva activa, además de los familiares.
"Inicio una misión que nunca la había pensado, quiero cumplirla con fiel obediencia", puntualizó el obispo al manifestar su deseo de asumir el cuidado de la iglesia castrense con dedicada paz y gozo, encomendando su tarea al Corazón de Jesús, consciente de que "una misión de tal envergadura no se la puede cumplir sólo".
Después de 12 años a cargo de la grey uniformada, el monseñor Gonzalo del Castillo transfirió el Obispado Castrense.
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