El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, avivó la llama de la polémica cuando matizó las palabras de Benedicto que dejaba entrever su aprobación del uso del preservativo para evitar el contagio del sida, lo que se consideró un giro dramático de las enseñanzas papales en círculos oficiales.
El Vaticano ha sido desde hace tiempo objeto de críticas debido a su oposición patente a la utilización de preservativos, en particular en África.
Por ello, la nueva interpretación de la Iglesia Católica implica esencialmente que ésta reconoce que su oposición al uso de los preservativos como método anticonceptivo no justifica poner en peligro la vida de las personas.
Benedicto dijo en su libro que el uso del condón por parte de algunas personas era un mal menor, debido a que indicaba que se busca una sexualidad moral y responsable y la protección de sus parejas de una infección potencialmente mortal.
Pero las dudas surgieron de inmediato en torno a qué quiso decir el Papa, debido a que la traducción al italiano del libro utilizó el término femenino de prostituta, cuando el texto original en alemán usó la palabra masculina.
El portavoz Federico Lombardi dijo a la prensa que preguntó al Papa si sus comentarios se referían sólo a los hombres que ejercen la prostitución. Benedicto respondió que eso no importaba, ya que lo importante era que la persona en cuestión tuviera en cuenta la vida de su prójimo, dijo Lombardi.
“Personalmente pregunté al Papa si había algún problema serio, importante, en la elección del término masculino sobre el femenino”, señaló el vocero.
Unos 22,4 millones de personas en África están infectadas con el VIH y de esa cifra, 54%, o 12,1 millones, son mujeres, de acuerdo con la Unaids, el organismo de las Naciones Unidas contra el sida, que trata este asunto de salud pública.
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